Las investigaciones llevadas a cabo por Itene se han centrado en ofrecer una alternativa al reciclado mecánico para las fracciones de PET que no se reciclan en la actualidad.
El centro tecnológico Itene, en el marco del proyecto RecyPET, ha desarrollado nuevos procesos biológicos y químicos que permiten recuperar residuos de envases multicapa, monocapa y coloreados de plástico PET (tereftalato de polietileno) que presentan dificultades para el reciclado mecánico o que actualmente no se reciclan.
Las investigaciones llevadas a cabo se han centrado en ofrecer una alternativa al reciclado mecánico para las fracciones de PET que no se reciclan en la actualidad por estos métodos. Para ello, según ha explicado el responsable del proyecto en Itene, Antonio Dobón, «en primer lugar se analizó la cadena de valor de PET para detectar aquellos tipos de PET no reciclados mecánicamente y que presentaban un potencial de aprovechamiento». Así, se identificaron botellas coloreadas, fracciones residuales de reciclado de PET y materiales multicapa como residuos de interés.
Para impulsar su recuperación, se desarrollaron un proceso de despolimerización enzimática o basada en enzimas y otro de despolimerización química.
El primero de ellos ha sido un proceso de despolimerización biológica mediante el que se han identificado microorganismos con capacidad para producir enzimas que, a su vez, degradan los residuos de PET. Además, para mejorar el proceso, se han seleccionado los microorganismos con mayor capacidad de producción de enzimas selectivas a la degradación del PET.
En concreto, estas enzimas permiten degradar el plástico PET, descomponiéndolo en TPA (ácido tereftálico), un monómero que puede emplearse para generar nuevo PET reciclado, además de en otras aplicaciones, como pinturas, barnices, cosmética, etc.
Por otra parte, se ha desarrollado un proceso de despolimerización química para lograr la descomposición del plástico. Para ello, se ha llevado a cabo proceso químico (solvólisis) con etilenglicol, un compuesto químico que, en estado líquido y junto catalizadores, permite la descomposición del PET en un monómero, el BHET (bis-2hidroxietil tereftalato). Este monómero puede emplearse como precursor para fabricar nuevo PET reciclado así como en aplicaciones en el sector de pinturas y barnices.
En este proceso de despolimerización química, cuya duración es de entre 1 y 2 horas, se han alcanzado rendimientos muy altos, próximos al 98%. Esto implica que, mediante esta despolimerización química, se logra descomponer en BHET el 98% del PET. Además, tras un escalado piloto, se ha comprobado que en un reactor se pueden obtener hasta 700 gramos de BHET por cada kilo de PET procesado.
Exención del impuesto al plástico
Antonio Dobón, ha resaltado que «los procesos desarrollados contribuyen a alcanzar los objetivos de economía circular establecidos a nivel europeo y nacional a través de la reducción de residuos incinerados o depositados en vertederos y su valorización a emplearse en la obtención de nuevas materias primas reintroducidas en la cadena de valor».
En concreto, el impulso del reciclado se alinea con el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases, que marca como objetivo lograr la introducción de al menos un 25% de plástico reciclado en envases de PET en 2025. Además, el contenido de material reciclado en el envase representa una vía para lograr la exención del pago del impuesto al plástico virgen que entró en vigor en enero, de acuerdo con la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular.
Esta investigación, financiado por el IVACE con fondos Feder, se enmarca en la línea de trabajo llevada a cabo por Itene para desarrollar soluciones tecnológicas que permitan ayudar a la cadena de valor del envase y embalaje a cumplir con los distintos objetivos de sostenibilidad, entre ellos, el de aumentar el porcentaje y la calidad de los materiales de envase reciclados.