El proceso de secado con el que están trabajando los investigadores de la UPV y AZTI-Tecnalia permite incrementar la capacidad de retención de agua de la fibra de naranja y mejorar así sus propiedades de cara a su uso en la formulación de alimentos.
Investigadores de la Universitat Politècnica de València y del centro de investigación marítima y alimentaria AZTI-Tecnalia han desarrollado, a escala de laboratorio, un proceso para obtener fibras dietéticas a partir de subproductos cítricos e incorporarlas posteriormente a nuevos alimentos funcionales.
Según apuntan los investigadores, la calidad de la fibra dietética de naranja es mayor que algunas fuentes de fibras alternativas, como los cereales. Además contiene compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes (flavonoides, polifenoles, carotenoides y vitamina C) que pueden tener efectos beneficiosos sobre la salud y que están ausentes en otras fuentes de fibra. “Por todo ello, creemos que se trata un ingrediente con potencial valor para la obtención de nuevos productos más saludables”, explica Clara Talens, investigadora de la Unidad de Investigación Alimentaria de AZTI-Tecnalia.
Con las técnicas desarrolladas en la investigación se pueden evitar los elevados costes de secado de estos subproductos, abriendo la posibilidad de su uso por la industria alimentaria
En AZTI-Tecnalia se ha trabajado previamente en la obtención de fibras dietéticas de naranja a partir de los subproductos de la industria del zumo y se han desarrollado varios prototipos de productos enriquecidos con fibras de naranja, como barritas de cereales y snacks recubiertos de chocolate, en el marco del proyecto europeo Namaste
El proceso de secado con el que están trabajando los investigadores de la UPV y AZTI-Tecnalia permite incrementar la capacidad de retención de agua de la fibra de naranja y mejorar así sus propiedades de cara a su uso en la formulación de alimentos. “Se ha utilizado como técnica de secado aire caliente en combinación con microondas para que el proceso sea más eficiente y la fibra retenga más agua. Esto abre la puerta a formular alimentos que tengan mayor poder saciante y con un bajo contenido en grasa”, apunta Clara Talens.
Nuevas posibilidades de valorización
La industria del zumo aprovecha aproximadamente el 50% de las frutas, mientras que la otra mitad se convierte en subproductos. “Hoy estos subproductos se utilizan casi exclusivamente para alimentación animal o fertilizantes, ya que otras rutas alternativas de valorización se ven limitadas por los elevados costes de secado, un hándicap que con las técnicas que nosotros estamos utilizando puede evitarse, abriendo así la posibilidad de uso de esos subproductos para la industria alimentaria”, apunta Pedro J. Fito, investigador del Instituto de Ingeniería de Alimentos para el Desarrollo de la Universitat Politècnica de València.
Los resultados de este trabajo se han presentado en el marco del Congreso Iberoamericano de Ingeniería de Alimentos, celebrado recientemente en la Ciudad Politécnica de la Innovación, parque científico de la UPV.