Un estudio de la OCU señala que la percepción de los ciudadanos españoles sobre la gestión de residuos urbanos en sus municipios ha empeorado en los últimos cuatro años.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un estudio sobre la gestión de residuos que se lleva a cabo en España. Para ello, ha encuestado a más de 5.200 vecinos residentes en 60 ciudades españolas, con el objetivo de conocer su opinión sobre cómo funciona la recogida de residuos de su localidad. También se tuvieron en cuenta los datos facilitados por los diferentes ayuntamientos, aunque solo 46 de los 60 quisieron responder a las preguntas. Este informe complementa el estudio sobre limpieza urbana publicado anteriormente
Las ciudades que se evaluaron durante el estudio obtienen una nota media de 53 puntos sobre 100 en cuanto a gestión de residuos se refiere. Sin embargo, hace 4 años este mismo parámetro alcanzaba los 56 puntos sobre 100, y hace 8 años, los 57. Lo que lleva a pensar que la tendencia, aunque lentamente, va en declive
Bilbao ha sido valorada como la ciudad que mejor gestiona los residuos (74 puntos sobre 100), sumando 4 puntos respecto al estudio de 2015. Le siguen muy de cerca Pamplona y Oviedo, con un 73 y un 71 sobre 100, respectivamente.
En cuanto a las ciudades peor valoradas, se encuentran Alicante (35 puntos sobre 100), Jaén (37) Huelva (41).
Toledo, Vigo y Ciudad Real son las ciudades donde más ha subido la satisfacción con la gestión de los residuos respecto al año 2015 (al menos 5 puntos de mejora). Por el contrario La Coruña, Lérida y Guadalajara lideran el listado de ciudades en las que más ha empeorado esta gestión. Las tres con un descenso de al menos 10 puntos respecto a 2015.
Por tipo de residuos, los ciudadanos se muestran más satisfechos con la recogida del vidrio (71) seguido a corta distancia del papel (67) y envases (66). Para todos estos residuos se cuenta con un servicio de recogida totalmente implantado en las ciudades con ratios de al menos 1 contenedor por cada 500 habitantes.
Por contra, la recogida selectiva de materia orgánica sigue siendo el punto negro. Aunque en 2020 debería estar totalmente implantada, por el momento solo 13 de las 46 ciudades que respondieron al estudio indican que está en funcionamiento. Son muchas las ciudades que ni siquiera han iniciado su implantación y difícilmente cumplirán el objetivo marcado. Se trata del residuo peor valorado (60) por los ciudadanos.
Colaboración ciudadana
No obstante, el nivel de colaboración de los ciudadanos en la recogida selectiva de residuos es muy elevado. Según el estudio de OCU el 89% de los ciudadanos reconoce que separa siempre o casi siempre los residuos de papel. Le siguen el vidrio con el 86%, los envases el 85% y en menor media la orgánica con el 72%: un porcentaje en cualquier caso elevado para la limitada implantación de esta recogida, lo que muestra que muchos ciudadanos consideran que la están realizando al depositar este residuo en la fracción resto.
Las diferencias entre ciudades son notables. Más del 70% de los habitantes de Tarragona, Vitoria, Pamplona o San Sebastián separan siempre papel y vidrio. Por el contrario, solo la mitad de los habitantes de Elche o Huelva reconoce separar siempre estos materiales, pese a que en todas ellas existen recursos como para hacer una razonable separación de estos y otros residuos.
La situación es más crítica para otros residuos. Medicamentos (59) pilas (57) y aceite de cocina (52) aprueban por los pelos. Suspende la recogida de pinturas y barnices (45). Se trata de productos que para su reciclaje es preciso en muchos casos acudir a un punto limpio: la falta de información sobre cómo recoger adecuadamente o el desconocimiento de la ubicación y la lejanía de los puntos limpios hacen que haya todavía un elevado porcentaje de ciudadanos que nunca o rara vez separa este tipo de residuos, con lo que se genera un elevado impacto ambiental.
OCU recuerda que España se encuentra aún lejos de la media europea en materia de reciclaje. Los últimos datos disponibles, de 2016, señalan que España tiene una tasa de recuperación de residuos del 30% frente al 47% de la media europea; todavía muy lejos del objetivo del 50% fijado para 2020.
Falta de información
La organización denuncia además que mientras los ciudadanos nos esforzamos en separar nuestra basura en 5 grandes apartados (vidrio, papel, envases, orgánica y fracción resto), en aprender qué va en cada cubo, en encontrar espacio en casa para cada uno de ellos…, en muchas urbes apenas recibimos información sobre lo que pasa con nuestros residuos una vez se recogen.
Para revertir esta tendencia, desde OCU abogan por que las ciudades pongan en marcha otras iniciativas para motivar a la gente a que colaboren de un modo más activo en la separación de residuos.
Por ello, la organización valora propuestas como fomentar el pago por envase vacío retornado, algo que ya sucede en otros países europeos y que el 78 % de los encuestados vio con buenos ojos. O bien, sancionar a quienes hagan caso omiso de las políticas de recogida y promover los incentivos económicos mediante la rebaja de impuestos o tasas municipales, idea que apoyó el 77% de los participantes en el estudio y que ya se aplica algunas urbes españolas, como es el caso de San Sebastián, incentivando el compostaje y la recogida de residuos orgánicos.