Un informe de WWF alerta de que el actual sistema del plástico traslada la mayor parte de sus costes a quienes están menos preparados para gestionarlos, causando importantes impactos ambientales, económicos y sociales.

El enormem coste del plástico en los países en desarrollo

Un informe encargado a la consultora Dalberg por la organización ambiental WWF advierte de que el coste real del plástico para el medio ambiente, la salud y la economía puede ser hasta 10 veces mayor para los países de renta baja, a pesar de que consumen casi tres veces menos plástico per cápita que los de renta alta.

A falta de una regulación y unas normas mundiales, las comunidades de los países de ingresos bajos y medios estarían expuestas a los efectos ocultos y más nocivos de la producción y la contaminación por plásticos. Aunque gran parte de estos costes se concentran en la cadena de valor del plástico, los países de renta baja y media también se enfrentan a niveles desproporcionados de impactos medioambientales y socioeconómicos asociados a la producción de plástico, como la contaminación atmosférica, las malas condiciones laborales y las amenazas derivadas de los vertidos de materiales peligrosos. Un 93% de todas las muertes relacionadas con la producción mundial de plástico se producen en países de ingresos bajos y medios.

Alice Ruhweza, directora senior de Política, Influencia y Compromiso de WWF Internacional, subraya la urgente necesidad de una revisión inmediata del actual sistema del plástico. «Nuestro sistema de plásticos de tomar, fabricar y desechar está diseñado de una manera que afecta injustamente a los países más vulnerables y desfavorecidos de nuestro planeta. En lugar de resolver la crisis mundial de contaminación por plásticos de la manera más eficiente, el sistema traslada la mayor parte de los costes a quienes están menos preparados para gestionarlos, sin responsabilizar a quienes producen y utilizan los productos en primer lugar», afirma.

Desigualdades estructurales

El informe identifica tres desigualdades estructurales clave que alimentan el actual sistema del plástico e impulsan la desigualdad:

  • Falta de oportunidades de influencia: Los países de ingresos bajos y medios tienen una influencia mínima en la producción y el diseño de los productos de plástico, a pesar de que se espera que los gestionen al final de su ciclo de vida.
  • Capacidad limitada: La producción rápida y exponencial de plástico, sobre todo de artículos de un solo uso, supera los recursos disponibles para la gestión de residuos en los países de ingresos bajos y medios.
  • Falta de responsabilidad: El sistema actual carece de mecanismos para que los países y las empresas rindan cuentas de sus acciones u omisiones en relación con la contaminación por plásticos y sus repercusiones en nuestra salud, el medio ambiente y la economía.

Un tratado mundial justo y sólido

El informe subraya la importancia de establecer y aplicar un tratado mundial sobre la contaminación por plásticos con normas mundiales armonizadas y vinculantes.

Como prioridad, el estudio refleja que el tratado debe prohibir inmediatamente todos los productos de plástico de alto riesgo de un solo uso que se puedan evitar, para reducir significativamente la enorme cantidad de plástico que se está produciendo. Además, estas normas podrían regular los productos plásticos, polímeros y sustancias químicas de alto riesgo, reduciendo la carga de los países con recursos limitados para gestionar los residuos.

Además, las normas mundiales de diseño de productos podrían garantizar que todos los productos de plástico estén diseñados para su reutilización y reciclado, independientemente de su país de origen.

Evitar la inacción

Eirik Lindebjerg, responsable de políticas sobre plásticos de WWF Internacional, advierte del peligro de comprometerse con un tratado que dependa de las acciones nacionales, un enfoque que conduce a un sistema injusto y no aborda adecuadamente esta acuciante crisis mundial.

«Muchas de las opciones incluidas en el primer borrador del tratado tienen un lenguaje sustancialmente más débil y obligaciones menos específicas, lo que hace que sea tentador para los gobiernos volver a los viejos malos hábitos de confiar en la acción nacional o voluntaria en lugar de crear normativas comunes. Pero nuestro informe ha demostrado que confiar en las decisiones individuales de los gobiernos da lugar a un sistema injusto en el que las cargas no sólo se distribuyen de forma desigual, sino que recaen sobre quienes están menos preparados para remediarlas», afirmó Eirik Lindebjerg.

Del 13 al 19 de noviembre, los Estados miembros de la ONU se reunirán en Nairobi (Kenia) para celebrar la tercera de las cinco reuniones de negociación del nuevo tratado. Por ello, WWF hace un llamamiento a todos los gobiernos para que acuerden un tratado que incluya:

  • Prohibiciones y eliminaciones progresivas de productos de plástico, polímeros y sustancias químicas preocupantes de alto riesgo y evitables.
  • Reducción y regulación de los productos plásticos, polímeros y sustancias químicas preocupantes de alto riesgo.
  • Requisitos globales para el diseño de productos y sistemas que puedan garantizar una economía circular segura y no tóxica, que priorice la reutilización y las mejoras en el reciclaje.
  • Medidas sólidas para apoyar una aplicación considerada y eficaz que incluya un apoyo financiero suficiente y la alineación de los flujos financieros públicos y privados, en particular para los países de renta baja y media.

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