La Comisión de Medio Ambiente de la Eurocámara adoptó ayer sus propuestas para prevenir y reducir los residuos de alimentos y textiles en la UE.
La Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo adoptó ayer su posición sobre la propuesta de revisión de la Directiva marco sobre residuos. Los eurodiputados quieren aumentar los objetivos vinculantes de reducción del desperdicio alimentario propuestos por la Comisión hasta al menos el 20% en la transformación y fabricación de alimentos (en lugar del 10%) y hasta el 40% per cápita en el comercio minorista, la restauración, los servicios alimentarios y los hogares (en lugar del 30%), en comparación con la media anual generada entre 2020 y 2022. Los países de la UE tendrían que garantizar que estos objetivos se alcanzan a nivel nacional antes del 31 de diciembre de 2030.
También quieren que la Comisión evalúe la posibilidad y presente las propuestas legislativas adecuadas para introducir objetivos más elevados para 2035 (al menos el 30% y el 50%, respectivamente).
Respecto a los residuos de textiles, ropa y calzado, las nuevas normas aprobadas por los eurodiputados establecerían sistemas de responsabilidad ampliada del productor (RAP), a través de los cuales los operadores económicos que comercializan productos textiles en el mercado de la UE sufragarían los costes de su recogida selectiva, clasificación y reciclado.
Los Estados miembros tendrían que establecer estos sistemas 18 meses después de la entrada en vigor de la directiva (frente a los 30 meses propuestos por la Comisión). Paralelamente, los países de la UE tendrían que garantizar, antes del 1 de enero de 2025, la recogida selectiva de textiles para su reutilización, la preparación para la reutilización y el reciclado.
Estas normas abarcarían productos textiles como prendas de vestir y accesorios, mantas, ropa de cama, cortinas, sombreros, calzado, colchones y alfombras, incluidos los productos que contienen materiales relacionados con los textiles, como cuero, cuero artificial, caucho o plástico.
En palabras de la eurodiputada polaca Anna Zalewska, con esta propuesta «aportamos soluciones específicas para reducir el desperdicio de alimentos, como promover las frutas y verduras «feas», vigilar las prácticas comerciales desleales, clarificar el etiquetado de fechas y donar alimentos no vendidos pero consumibles».
«En cuanto al textil -añadió Zalewska-, subsanamos las lagunas incluyendo también los productos no domésticos, alfombras y colchones, así como las ventas a través de plataformas en línea. También pedimos un objetivo de reducción de residuos textiles, con una supervisión de los textiles usados exportados. La mejora de las infraestructuras para aumentar la recogida selectiva debe complementarse con una clasificación más eficiente de los residuos municipales mezclados, de modo que se extraigan los artículos que puedan reciclarse antes de enviarlos a la incineradora o al vertedero».
Cada año se generan en la UE 60 millones de toneladas de residuos alimentarios (131 kg por persona) y 12,6 millones de toneladas de residuos textiles. Sólo la ropa y el calzado generan 5,2 millones de toneladas de residuos, lo que equivale a 12 kg de residuos por persona al año. Se calcula que menos del 1% de todos los textiles del mundo se reciclan en nuevos productos.
Está previsto que el pleno vote su posición en la sesión plenaria del próximo mes de marzo. El expediente será seguido por el nuevo Parlamento que surja tras las elecciones europeas de junio.
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