Una investigación analiza cómo se descomponen en condiciones extremas dos tipos diferentes de plástico: el polipropileno y el ácido poliláctico, un polímero biodegradable.
Según un nuevo estudio, un nuevo material plástico de origen vegetal libera nueve veces menos microplásticos que el plástico convencional cuando se expone a la luz solar y al agua de mar. La investigación, dirigida por expertos de la Universidad de Portsmouth, en Reino Unido, y el Instituto Marino de Flandes (VLIZ), en Bélgica, analizó la descomposición de dos tipos distintos de plástico en condiciones extremas.
Un material plástico de origen biológico fabricado a partir de materias primas naturales resistió mejor la exposición a la luz ultravioleta intensa y al agua de mar durante 76 días -el equivalente a 24 meses de exposición al sol en Europa central- que un plástico convencional fabricado a partir de derivados del petróleo.
El catedrático de Ingeniería Mecánica Hom Dhakal, de la Escuela de Ingeniería Mecánica y Diseño de la Universidad de Portsmouth, y miembro de Revolution Plastics, explica que «los plásticos de origen biológico están ganando interés como alternativas a los plásticos convencionales, pero se sabe poco sobre su posible fuente de contaminación por microplásticos en el medio marino. Es importante saber cómo se comportan estos materiales cuando se exponen a entornos extremos, para poder predecir cómo funcionarán cuando se utilicen en aplicaciones marinas, como la construcción del casco de un barco, y qué impacto pueden tener en la vida oceánica».
«Conociendo el efecto de los distintos tipos de plásticos en el medio ambiente, podemos tomar mejores decisiones para proteger nuestros océanos», añade Dhakal.
Según la Organización Internacional Plastic Oceans, cada minuto del día se vierte en los océanos el equivalente a un camión cargado de plástico. Cuando estos residuos plásticos se exponen al medio ambiente, se descomponen en partículas más pequeñas, de menos de 5 mm de tamaño.
Estas partículas se conocen como «microplásticos» y se han observado en la mayoría de los ecosistemas marinos, lo que supone una grave amenaza para la vida acuática.
«Queríamos comparar un polímero industrial convencional, el polipropileno, que no es biodegradable y es difícil de reciclar, con el ácido poliláctico (PLA), un polímero biodegradable», explica el profesor Dhakal.
«Aunque nuestros resultados muestran que el PLA liberó menos microplásticos, lo que significa que utilizar plásticos de origen vegetal en lugar de los derivados del petróleo podría parecer una buena idea para reducir la contaminación por plásticos en el océano, debemos tener cuidado, ya que es evidente que se siguen liberando microplásticos y eso sigue siendo preocupante», advierte.
Más investigación
La investigación, publicada en Ecotoxicology and Environmental Safety, también descubrió que el tamaño y la forma de los diminutos trozos de plástico liberados dependían del tipo de plástico. El plástico convencional liberaba trozos más pequeños y tenía menos formas similares a las fibras que el plástico de origen vegetal.
El profesor Dhakal afirma que «en general, nuestra investigación aporta información valiosa sobre el comportamiento de los distintos tipos de plástico en condiciones de estrés ambiental, lo que es importante para nuestro trabajo futuro de lucha contra la contaminación por plásticos». No obstante, «hay una clara necesidad de seguir investigando y de adoptar medidas proactivas para mitigar el impacto de los microplásticos en los ecosistemas marinos».
El profesor Dhakal es miembro de la iniciativa Revolution Plastics, que ha desempeñado un papel decisivo en la elaboración de políticas nacionales y mundiales sobre plásticos, ha sido pionero en técnicas avanzadas de reciclaje enzimático y ha contribuido a debates críticos sobre el tratado de la ONU para acabar con la contaminación por plásticos.
El estudio fue dirigido por expertos del Instituto Marino de Flandes (VLIZ), en Bélgica, en el marco de un trabajo de colaboración internacional dentro del proyecto SeaBioComp, que recibió financiación del Programa Interreg 2 Seas cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
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[…] Fuente: residuosprofesional.com […]