Según los datos desglosados por países del informe sobre circularidad de los plásticos de Plastics Europe, nuestro país cuenta con una tasa de reciclaje del 43%, ocho puntos por encima de la media europea.
En 2020, la proporción de uso de plástico reciclado en nuevos productos representó casi un 10% de la transformación de plásticos en España, según datos de Plastics Europe. Se trata de una cifra superior a la media europea (8,5%) y que sitúa a nuestro país entre los más avanzados en materia de circularidad de los plásticos
España se mantiene igualmente a la cabeza de los países con mayores tasas de reciclaje en Europa: 43% para los plásticos en todas sus aplicaciones (8 puntos por encima de la media europea) y 52% para el caso específico de los envases plásticos (6 puntos más que la media europea), según reflejan los datos de la asociación paneuropea de productores de plásticos. España se sitúa así en el tercer y cuarto lugar, respectivamente, en el liderazgo de la transición del sector hacia la circularidad de los plásticos.
El análisis señala que, en 2020, pese a las condiciones extraordinarias debidas a la pandemia, la circularidad de los plásticos siguió avanzado y más de un millón de toneladas de residuos plásticos fueron enviadas a plantas de reciclaje. Sin embargo, los datos también arrojan que, en ese mismo año, más de la mitad de los residuos plásticos posconsumo recogidos acabaron o bien en plantas de valorización energética (21%) o depositados en vertederos (36%).
Alicia Martín, directora general de Plastics Europe en la región ibérica, ha valorado las conclusiones de este estudio de circularidad: “Los datos muestran que España está entre los países que lideran la transición hacia la circularidad de los plásticos en Europa. No obstante, tal y como destaca el informe “ReShaping Plastics” que hemos presentado a principios de abril, nuestra industria necesita un cambio sistémico para acelerar aún más esa transición y alcanzar mayores niveles de circularidad y neutralidad climática.”
En referencia al camino que aún queda por recorrer, Alicia Martín ha añadido que “en nuestro país contamos con una cadena de valor fuerte y unida, y un ecosistema industrial y de I+D propicio para que nuestro sector sea un referente en materia de circularidad. Somos el país con la mayor capacidad per cápita en reciclaje mecánico y además estamos apostando fuertemente por tecnologías innovadoras y complementarias, como el reciclado químico, que nos permitirán tratar más residuos y ofrecer más materias primas circulares. Contar con un marco legislativo en España que promueva el mercado único, la neutralidad tecnológica y que fomente las inversiones y la innovación es clave para que en 2050 seamos capaces de alcanzar las ambiciones climáticas del Pacto Verde”.
Impulso al reciclaje químico
En esta línea, en los últimos 24 meses, España ha multiplicado los anuncios de inversiones, alianzas y proyectos de I+D+i enfocados a impulsar la circularidad de los materiales y productos plásticos fomentando así un menor uso y dependencia de los recursos fósiles. Por ejemplo, como recientemente se anunciaba en el primer estudio de reciclado químico en España, de aquí a 2025, las capacidades de tratamiento de residuos a través de este innovador proceso se multiplicarán por 40. Gracias a esta tecnología de reciclado avanzado, complementaria al reciclaje mecánico, la industria española de los plásticos tendrá la capacidad de tratar buena parte de los residuos plásticos que no se pueden reciclar mecánicamente y que, en la actualidad, se depositan en vertederos o se incineran.
Del informe europeo también cabe destacar un dato: los residuos plásticos recogidos a través de esquemas de recogida selectiva tienen tasas de reciclaje 13 veces mayores que aquellos recogidos a través de flujos mixtos. En España, la diferencia es aún mayor, ya que los residuos recogidos selectivamente alcanzan tasas de reciclaje 16 veces mayores que aquellos recogidos en fracciones mixtas. Estas cifras, no sólo indican la importancia de ampliar la recogida selectiva a una mayor cantidad de residuos, sino también la necesidad de invertir en nuevas infraestructuras y tecnologías de separación de residuos para obtener más fracciones de residuos que puedan ser usados como nuevos recursos.