Tras una larga e intensa labor de investigación y pruebas, las entidades implicadas en este proyecto han conseguido desarrollar una amplia gama de productos fabricados con plástico no apto para su reciclaje convencional, mediante técnicas de fundición similares a las de los metales.

En una continua búsqueda de soluciones ecológicas basadas en la economía circular para aquellos materiales cuyo reciclaje no era viable o bien resultaba dificultoso y con un alto coste, empresas gallegas han dado un importante paso adelante al convertir los plásticos no valorizables contenidos en los residuos urbanos e industriales en objetos de alto valor añadido, como es el caso de mobiliario urbano.
Ello ha sido posible gracias al empeño, sinergias y trabajo conjunto de las firmas Coregal (Santiago de Compostela), Greenteco Tecnología Ecológica (A Coruña) y Fundiciones Rey (Vilagarcía de Arousa), que contaron con el apoyo de Solteco, único fabricante de España dedicado a la investigación y desarrollo de procesos de recuperación y reciclaje de plásticos de rechazo.
El proyecto se dio a conocer el pasado viernes en la sede de Sogama, durante un encuentro al que asistió su presidente, Javier Domínguez, así como el consejero delegado en Galega de Economía Social, Víctor Silva, y el gerente de Coregal, Antonio Pena.
Productos únicos, solidarios y sostenibles
Tras una larga e intensa labor de investigación y pruebas, las entidades implicadas en este proyecto han conseguido desarrollar una amplia gama de productos fabricados con plástico no apto para su reciclaje convencional, mediante técnicas de fundición similares a las de los metales. Con ello, y más allá de la fabricación de perfilería o mobiliario urbano, han conseguido producir materiales para el ámbito de la construcción (ladrillos plásticos ignífugos), tapas de alcantarillas altamente resistentes y sin ruidos, y quitamiedos para las carreteras que, obviamente, cumplen con todas las medidas y garantías de seguridad, pero son mucho más flexibles a los posibles impactos.
Dentro de esta gama de productos innovadores, cabría destacar la bautizada con el nombre de “Galiucrania”, integrada por mobiliario urbano con “alma gallega y corazón ucraniano”, resultado de una gran historia de solidaridad a sus espaldas gracias a Fundiciones Rey, que desde el inicio de la guerra en Ucrania, ha llevado ayuda humanitaria a este país y ha aprovechado la logística inversa para transportar acero de sus proveedores ucranianos habituales, todo un gesto de fidelidad y lealtad hacia sus más estrechos colaboradores.
Pero, además de su carácter circular y solidario, los artículos obtenidos en este proyecto también están impregnados de economía social gracias a las aportaciones de Coregal, perteneciente a Cogami Empresarial, una entidad vinculada a la gestión ambiental, y más concretamente a la gestión de residuos, que da empleo a personas con discapacidad y en riesgo de exclusión social, contribuyendo a su integración laboral.
Economía circular gallega
Estamos, por tanto, ante productos únicos, fruto de una concepción empresarial autóctona e integral que conjuga la vertiente económica con la ambiental y la social, y aderezada con buenas dosis de solidaridad, que ya están a disposición del sector público y privado, a los que ofrecen soluciones circulares.
Estos equipos de mobiliario y piezas se fabricarán con plásticos no valorizables producidos en empresas y ayuntamientos gallegos en los que Coregal efectúa labores de recogida y gestión, y se transformarán en Fundiciones Rey, siendo montados y distribuidos en el conjunto de la comunidad.