Un estudio liderado por la ETH de Zúrich asegura que se puede modificar la economía del plástico para que sea absolutamente sostenible, pero para ello sería necesario lograr unas tasas de reciclaje mucho mayores que las actuales y limitar la creciente producción de este material.
El plástico está en todas partes. Nuestra sociedad no puede prescindir de él: los plásticos tienen numerosas ventajas, son extremadamente versátiles y, además, son rentables. Hoy en día, los plásticos se producen principalmente a partir del petróleo crudo. Cuando llegan al final de su vida útil, suelen acabar en vertederos o en plantas incineradoras de residuos. La producción de plásticos, que consume mucha energía, y su incineración liberan grandes cantidades de CO2 a la atmósfera.
Una salida sería apostar por métodos de producción sostenibles, como la economía circular, en la que se recicla la mayor cantidad posible de plástico. Entonces, la principal materia prima de los productos de plástico ya no sería el petróleo crudo, sino los residuos plásticos recuperados. Pero, ¿es posible modificar la economía del plástico para que sea absolutamente sostenible? La respuesta es sí, según refleja un nuevo estudio dirigido por la ETH de Zúrich, en Suiza, en el que han participado también investigadores de la Universidad RWTH de Aquisgrán (Alemania) y de la Universidad de California en Santa Bárbara (EE.UU.).
Se necesita una mayor tasa de reciclado
Los científicos analizaron las cadenas de valor completas de los 14 tipos de plásticos más comunes, como el polietileno, el polipropileno y el cloruro de polivinilo. Estos 14 plásticos representan el 90% de los productos plásticos fabricados en todo el mundo. En su estudio, los investigadores indagaron por primera vez si es posible que la industria del plástico respete los límites planetarios. Éstos son una medida de la sostenibilidad global. Van más allá de las cuestiones energéticas y climáticas e incluyen, por ejemplo, el impacto sobre los recursos terrestres e hídricos, los ecosistemas y la biodiversidad. En resumen: los procesos que respetan los límites planetarios pueden sostenerse a largo plazo sin agotar los recursos de la Tierra.
El estudio, publicado en Nature Sustainability, concluye que los plásticos circulares son viables dentro de los límites planetarios. Para ello sería necesario reciclar al menos el 74% del plástico. A modo de comparación, en Europa sólo se recicla en la actualidad alrededor del 15%, y es probable que el porcentaje sea mucho menor en otras regiones del mundo. Además, el estudio concluye que habría que mejorar los procesos de reciclado. En concreto, el reciclado de plásticos tendría que llegar a ser tan eficiente como lo son hoy otros procesos químicos. En la actualidad, no todos los plásticos pueden reciclarse. En el caso de los poliuretanos utilizados como espumas, por ejemplo, aún no se ha establecido el reciclaje.
Según el estudio, para el 26% restante de los plásticos, el carbono necesario para su producción podría obtenerse mediante otras dos tecnologías: por un lado, capturando el CO2 de los procesos de combustión o de la atmósfera (lo que se conoce como captura y utilización del carbono o CCU) y, por otro, a partir de la biomasa. «El reciclaje por sí solo no lo conseguirá; necesitamos los tres pilares», afirma André Bardow, profesor de Ingeniería de Sistemas de Energía y Procesos en ETH Zurich, y director de este estudio.
«Aumentar la tasa de reciclado al 74% en todo el mundo es un objetivo muy ambicioso», admite Bardow. Como tal, es poco probable que se alcance en 2030, sino que 2050 es más realista». Otro reto, sin embargo, es que actualmente se fabrican más productos de plástico año tras año. Si la tendencia actual se mantiene hasta 2050, no bastará con mejorar los procesos de reciclado, ya que en 2050 se seguirían superando los límites planetarios.
Por eso, los autores del estudio sugieren abordar también la demanda, así como asignar un valor diferente al plástico. «El plástico se considera barato, lo que durante mucho tiempo fue una bendición pero ahora se ha convertido en una maldición», afirma Bardow. «Dadas sus extraordinarias propiedades, deberíamos considerar el plástico como el material de alta calidad que realmente es. Así, estaría bien que costara un poco más, y su reciclaje, también».
Entender mejor la gestión de los productos
En el estudio, los científicos señalan que, en el futuro, los productos de plástico deberán ajustarse mejor a la economía circular. Para ello, los fabricantes deberían colaborar más estrechamente con los recicladores. Según los autores del estudio, sería deseable que los fabricantes de plásticos comprendieran mejor la responsabilidad que tienen: Hoy en día, la responsabilidad suele terminar cuando el producto sale de la fábrica. Por ello, los científicos piden que la gestión de los productos abarque todo el ciclo de vida -incluidos la eliminación y el reciclado- como base para optimizar el diseño de procesos sostenibles.
En cualquier caso, impulsar el reciclaje es el camino correcto: dado que no presenta desventajas graves, debería tratarse como un caso especial en la transformación de la economía hacia la sostenibilidad. En muchos otros ámbitos surgen objetivos contrapuestos. Tomemos, por ejemplo, la producción de combustibles sintéticos, que es extremadamente intensiva en energía, o el uso de biomasa, que puede competir con la producción de alimentos. En cambio, el reciclado de plástico no da lugar a ese conflicto de objetivos. «Hay que intensificar los esfuerzos de reciclaje siempre que sea posible», afirma Bardow. «Como buena regla general más reciclaje de plástico siempre lleva a más sostenibilidad».