El proyecto Life + Haprowine, financiado por la Unión Europea, tiene como objetivo analizar la huella ambiental del vino en todo su ciclo de vida.
El director general de Calidad y Sostenibilidad Ambiental, José Manuel Jiménez, y el director general de Producción Agropecuaria y Desarrollo Rural, Jesús María Gómez, han inaugurado ayer la jornada de presentación de los resultados del proyecto LIFE Haprowine, que se ha venido desarrollado durante los últimos cuatro años. La jornada ha contado con la presencia de 100 participantes relacionados con el sector vitivinícola.
Durante estos años, la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, dependiente de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, la Fundación Centro Tecnológico de Miranda de Ebro, la Cátedra Unesco de Ciclo de Vida y Cambio Climático (ESCI-UPF) y PE International, socios del proyecto, han analizado el ciclo de vida del vino. Tras estas investigaciones han presentado el documento estratégico para la sostenibilidad ambiental del sector vitivinícola en Castilla y León, el desarrollo de Declaraciones Ambientales de Producto (DAP) del vino en colaboración con bodegas de Castilla y León, obtención de productos de alto valor añadido de residuos vitivinícolas y la Guía de Buenas Prácticas y Mejores Técnicas Ambientales para el sector del vino.
La industria del vino produce una gran cantidad de residuos, aproximadamente el 80 por ciento de la producción de uvas se utiliza en la fabricación del vino y su residuo se eleva hasta el 20 por ciento en peso de las uvas procesadas. Al mismo tiempo, el tratamiento y la disposición final de los residuos del sector vitivinícola constituyen un importante problema ambiental, siendo necesario encontrar nuevas estrategias de valorización, que mejoren la competitividad del sector.
Documento estratégico
El Documento estratégico para la sostenibilidad ambiental del sector del vino en Castilla y León, ha sido presentado por Soledad Gómez, técnico de la Fundación Patrimonio Natural y es el resultado de debates y aportaciones del grupo de consulta del proyecto y otras entidades colaboradoras, en el que han participado los principales agentes del sector vitivinícola: Denominaciones de Origen, bodegas y viticultores, centros tecnológicos, consultorías ambientales y energéticas y empresas del sector de la distribución, además de los socios del proyecto.
Su objetivo es recoger las principales inquietudes y recomendaciones del sector vitivinícola, consideradas necesarias para garantizar la sostenibilidad ambiental del mismo, entendiendo que la conservación y mejora del capital natural es una condición básica para la competitividad del sector.
La gestión de los residuos, el agua o la energía son los principales condicionantes ambientales de la actividad de viñedos y bodegas, que requieren una especial atención en todo el ciclo de vida del vino y que analiza el documento, pero también nuevos desafíos ambientales, básicamente derivados de la adaptación al cambio climático y la conservación de la biodiversidad.
Declaraciones Ambientales de Producto
El proyecto Haprowine ha desarrollado también las bases para la realización de Declaraciones Ambientales de Producto (DAP) para el sector del vino. Cristina Gazulla, de la Cátedra UNESCO de Análisis de Ciclo de Vida y Cambio Climática (ESCI-UPF) ha presentado estas Declaraciones que son un tipo de ecoetiqueta consistente en una manifestación de datos ambientales cuantificados relativos a una o varias etapas del ciclo de vida de un producto cuyo objetivo es fomentar la demanda y producción de aquellos productos que causan un menor impacto sobre el medio ambiente a través de la comunicación de información verificable y certera.
La información contenida en la DAP está basada en la metodología del Análisis de Ciclo de Vida (ACV) que debe aplicarse siguiendo las normas UNE EN ISO 14040-44 y, con el fin de asegurar la consistencia y comparabilidad de los resultados, también se deben aplicar las Reglas de Categoría de Producto (RCP) aplicables al producto en cuestión.
En el marco del proyecto Haprowine, se ha realizado el análisis de ciclo de vida de varias de las bodegas asociadas al proyecto, lo que ha permitido establecer unas Reglas de Categoría de Producto y desarrollar el modelo de declaración ambiental del vino en Castilla y León. Las Reglas han servido para analizar siete vinos de la zona, además de desarrollar una DAP promedio que ayudará a las bodegas a mejorar la calidad ambiental de sus productos. El análisis de viabilidad de la obtención de productos de alto valor añadido a partir de residuos vitivinícolas ha sido desarrollado fundamentalmente en las instalaciones del Centro Tecnológico de Miranda de Ebro.
Roberto Nieto, responsable de medio ambiente de Abadía de Retuerta y Rut Villa, HSQE Manager de Grupo Yllera, ha presentado la buenas prácticas ambientales en sus respectivas bodega. En el marco de esta acción se han identificado las distintas fracciones de residuos generados por el sector vitivinícola, se ha analizado su composición y los principales compuestos orgánicos presentes en los mismos, se han estudiado las posibles aplicaciones de dichos compuestos, y específicamente se han presentado dos alternativas para su revalorización: la producción de bioplásticos por conversión enzimática y la preparación de materiales compuestos reforzados con fibras lignocelulósicas.
La primera línea de trabajo ha dado lugar a rendimientos muy bajos, por lo que se ha descartado como estrategia de valorización viable a escala industrial. Sin embargo, la segunda línea de investigación ha demostrado, a escala laboratorio y a escala piloto, que la valorización industrial de subproductos lignocelulósicos de la industria vitivinícola como refuerzo en materiales compuestos es técnicamente viable.
Las fibras lignocelulósicas son materiales porosos con baja densidad que reducen el peso de los compuestos plásticos, de gran interés en diferentes aplicaciones como el transporte, la industria del ocio o de la construcción. Asimismo, la porosidad reduce la conductividad de calor, lo que puede resultar útil en la fabricación de paneles de aislamiento térmico para el sector de la construcción.
Además se han identificado otras aplicaciones de los residuos que ya se encuentran en el mercado y que comienzan a tener demanda y alto valor añadido como pueden ser los cosméticos, sales, entre otros productos.