Se trata de una planta de tratamiento mecánico-biológico con una capacidad para gestionar hasta 60.000 toneladas de fracción resto.
El consejero de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Catalunya, Damià Calvet, colocó el pasado viernes la primera piedra de la nueva planta de tratamiento de la fracción resto de los residuos municipales que complementará el Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) del Segrià, en Montoliu de Lleida. Las obras de esta instalación, presupuestadas en 18,5 millones de euros, las financiará íntegramente la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC), e incluirán también la remodelación de la planta de compostaje de la fracción orgánica.
Está previsto que el centro entre plenamente en funcionamiento el verano del próximo año. Una vez en marcha, podrá tratar unas 60.000 toneladas anuales de restos -que es la parte de los residuos municipales que no se recoge de forma selectiva- y 15.000 toneladas de materia orgánica.
Con un diseño flexible, el complejo del Segrià permitirá afrontar escenarios diferentes, previendo el incremento de la cantidad recogida selectivamente. Gracias a la gestión optimizada de los residuos, se podrán recuperar materiales y reducir tanto la carga biodegradable como el volumen del vertedero.
Reducción de emisiones
El ARC calcula que la planta de tratamiento mecánico-biológico de la fracción resto, cuando esté en pleno funcionamiento, ahorrará la emisión de más de 25.700 toneladas de CO2 a la atmósfera, equivalente al CO2 que producen 25.700 vehículos durante un año recorriendo una distancia de 10.000 kilómetros.
El proyecto forma parte del Plan Territorial Sectorial de Infraestructuras de gestión de residuos municipales de Cataluña (PINFRECAT20).
El consejero explicó que esta inversión «nos debe animar a hacerlo aún mejor porque tenemos que llegar a las cuotas que nos marca la Unión Europea», en referencia a garantizar el cumplimiento del requisito europeo de tratar todos los residuos antes de depositarlos en vertederos controlados. También recordó que «en 2020 debemos llegar a un 50% de recogida selectiva en todo el país».
Calvet puso de manifiesto que «a estas alturas todavía nos va a vertedero un porcentaje demasiado alto de residuos, cuando Europa nos dice que en 2035 solo podrán ir un 10%. Es un objetivo muy ambicioso, con el que estamos comprometidos como país, y que implica a toda la sociedad. No basta con tener infraestructuras como ésta, si después en nuestras casas, nuestros comercios y nuestras industrias no contribuimos a que el sistema funcione correctamente».