Investigadores de las universidades de Córdoba y Pablo de Olavide, de Sevilla, demuestran las capacidades del biocarbón en la producción del trigo en un estudio publicado en la revista Plant and Soil.
Investigadores de la Universidad de Córdoba y la Universidad Pablo de Olavide han demostrado las interesantes capacidades del biocarbón. Durante dos años han estudiado los resultados de la adicción de este componente al suelo en dos plantaciones de trigo y los datos han sido esperanzadores: la producción aumentó, de media, en un 25 por ciento. El equipo de trabajo ha estado compuesto por los grupos de investigación Ecología terrestre de la UCO y el de Edafología de la UPO, así como la empresa Zero Emision, filial de Abengoa.
Los científicos han demostrado que el uso de biocarbón, un tipo de carbón que se consigue a raíz de los residuos obtenidos de la poda del olivo, potencia la producción de los cultivos agroalimentarios.
Primero lo hicieron en siembras de trigo en maceta y, posteriormente, quisieron trasladar los resultados positivos al aire libre. Utilizaron dos fincas cordobesas: El Encineño y El Origuero. Dos parcelas experimentales en las que han trabajado durante dos años para analizar estadísticamente el uso de este material vegetal.
“Y los efectos siempre han sido positivos: en todos los casos se ha incrementado la producción”, subraya Rafael Villar, investigador del Área de Edafología de la Universidad de Córdoba., que explica que el biocarbón obliga al vegetal a esforzarse para conseguir sus nutrientes haciéndola más eficiente “y, como consecuencia, la producción es mayor”. Los resultados de las investigaciones han sido publicados en la revista científica Plant and Soil.
Los resultados obtenidos por estos grupos de investigación universitarios han demostrado que el rendimiento del biocarbón es aún mayor cuando actúa en equipo con fertilizantes, pues actúa reteniendo esos fertilizantes y, así, es capaz de mejorar su trabajo. De esta manera se podría obtener una producción media con menor uso de fertilizante, lo que conllevaría un ahorro importante las explotaciones agrarias.
Un gasto que deben afrontar los agricultores que, en ocasiones, es en balde: si hay varios días de lluvia, el agua produce un efecto lavado y los nutrientes se disuelven sin llegar a la planta. Por ello, el desarrollo de enmiendas para fertilizantes a partir del biocarbón es otra vía de avance para este material.
Fuente: Universidad Pablo de Olavide