La UE genera cada año 20 millones de toneladas de residuos de animales procedentes de mataderos, plantas de producción de alimentos para el consumo humano, industrias lácteas y granjas .
Investigadores de la Universidad de Alicante participan en un proyecto europeo dirigido a transformar subproductos animales y materias de origen animal en fuente de energía y subproductos químicos, lo que supondrá un tratamiento alternativo a su incineración o vertido.
El proyecto, denominado Pilot-ABP “Planta piloto para industrias ecológicas de procesado de subproductos animales”, financiado por la Comisión Europea, por un total de 1,79 millones de euros, está coordinado por el Instituto Tecnológico del Calzado y Conexas (INESCOP), y cuenta con la participación de instituciones y empresas procedentes de Italia y Dinamarca. La Universidad de Alicante, como única Universidad participante, asume la dirección técnica de todo el proyecto a través del Dr. Antonio Marcilla Gomis, director del grupo de investigación de Procesado y pirólisis de polímeros de la UA.
La inmensa producción de residuos que supone la normal actividad del ser humano sobre nuestro planeta es uno de los principales problemas con los que nos encontramos en la actualidad. Estos residuos provocan una progresiva degradación de nuestro entorno que puede llegar a ser, en algunos casos, irreversible. Por ello, se hace necesaria la búsqueda de procesos que permitan la eliminación controlada de los mismos.
En Europa, hay una creciente necesidad de diseñar las soluciones que nos muestren la mejor técnica disponible para el tratamiento de este tipo de desechos. “Los subproductos animales, son materiales de origen animal que no consumen las personas y representan una gran parte de los residuos biológicos. Más de 20 millones de toneladas salen anualmente de la UE procedentes de mataderos, plantas de producción de alimentos para el consumo humano, industrias lácteas y animales muertos de las granjas”, explica Antonio Marcilla.
un reactor a presión
La novedad del proyecto estriba en desarrollar un proceso de pirólisis, es decir, un tratamiento térmico continuo a temperatura moderada y elevada presión, de modo que no se evapore el agua que contiene el residuo, lo que permite un ahorro muy importante de calor en el proceso, señala Marcilla Gomis.
“Se trataría de fabricar un reactor a presión en el que se pueda estar continuamente introduciendo la materia prima, en este caso, los residuos cárnicos y, al mismo tiempo, extrayendo el producto resultante”, añade Marcilla.
El proyecto tiene como objetivos específicos, la obtención aceites de origen animal con un mayor contenido de ácido oléico, colágeno, y la producción de biodiésel a partir de dichos aceites para la sustitución parcial del uso de combustibles fósiles y la disminución de las emisiones contaminantes.
“Todo esto permitirá establecer las bases para el diseño de una tecnología que suponga una mejora medioambiental del proceso de reciclado de este tipo de residuos, gracias a un consumo eficiente de la energía utilizada y un mejor aprovechamiento de materias primas, asociado a la obtención de una serie de productos de valor añadido, lo que supondrá una mejor rentabilidad financiera de las pymes del sector”, concluye Marcilla.