Más de 52.000 personas usaron estas instalaciones en la isla canaria para depositar diversos residuos que por su peligrosidad no deben dejarse en los contenedores de la calle, como pinturas, disolventes, etc.
Los puntos limpios de La Palma recogieron durante el año 2018 más de 27 toneladas de residuos peligrosos, aquellos que por su toxicidad no se pueden depositar en contenedores de la vía pública, como por ejemplo pinturas, aceite mineral usado, disolventes, aerosoles o envases contaminados, entre otros.
Es uno de los datos significativos del balance de recogida del pasado año en los cuatro puntos limpios de la isla, que continúan registrando un crecimiento paulatino en el número de visitas y de residuos entregados. De un total de 33.463 vecinos que aportaron residuos en el año 2015, se ha pasado a 52.302 en 2018, lo que supone un 56,29 % más.
Algunos datos que indican el uso creciente de estas instalaciones en el año 2018 son, además del ya citado de residuos peligrosos, los 937 kilos de lámparas fluorescentes, las cerca de 2.000 toneladas de escombros, 1.192 toneladas de muebles y enseres, 392 toneladas de metales diversos, 11.563 litros de aceite mineral usado, 11 toneladas de baterías y pilas, 24 toneladas de pinturas y 294 toneladas de maderas.
En los puntos limpios se acepta casi cualquier tipo de residuo de origen domiciliario. Los más importantes son muebles y enseres, madera, podas, metales, escombros, aparatos eléctricos y electrónicos, electrodomésticos, fluorescentes, pinturas y residuos peligrosos. Por el contrario, no se admiten restos de comida ni animales muertos.
Estos residuos tienen un destino diferente según su tipología. Los residuos peligrosos se envían fuera de la isla, a instalaciones adecuadas para su tratamiento; las lámparas fluorescentes y los aparatos electrónicos y electrodomésticos se transportan, casi en su totalidad, a la planta de tratamiento de residuos eléctricos y electrónicos en Canarias. Los muebles y enseres se llevan al Complejo Ambiental de Los Morenos para ser triturados, mientras que las maderas limpias se aprovechan como material estructurante. Los escombros se llevan a un gestor autorizado de la isla que los transforma en material apto para la construcción y los residuos metálicos se entregan a un gestor autorizado para su reciclado.
Para facilitar aún más la separación de los residuos a los particulares, el Plan Territorial Especial de Residuos de La Palma prevé un quinto punto limpio en el sur de la Isla y un punto limpio móvil itinerante por toda la geografía insular.
El consejero de Medio Ambiente del Cabildo de La Palma en funciones, Juan Manuel González, considera que estos datos indican “una conciencia cada vez mayor por parte de la ciudadanía en el uso de estas instalaciones, que constituyen la mejor solución para entregar estos residuos que no pueden depositarse en los contenedores de recogida instalados en la vía pública”.