Jaime Zufía

AZTI.
Coordinador de Procesos Eficientes y Sostenibles

Si no se actúa lo antes posible, el desperdicio alimentario en la UE alcanzará en 2020 los 126 millones de toneladas, lo que supone un 40% más de la comida desperdiciada en 2013.

En estas semanas estamos asistiendo a una situación sin precedentes asociada a la alerta sanitaria por coronavirus. La alimentación se ha vuelto más imprescindible y esencial que nunca en estos momentos de confinamiento en los hogares.

Asimismo, las empresas del sector agroalimentario y sus trabajadores están realizando un esfuerzo sustancial, manteniendo su actividad de producción y transformación de alimentos para que a la población no le falte un suministro estable de alimentos. Por ello, en estos momentos se vuelve de máxima importancia no desperdiciar ningún alimento.

Los trabajadores del sector alimentario se merecen que aprovechemos al máximo los alimentos que están produciendo, a riesgo de su salud en el traslado a los centros de trabajo. Por ello, además de una cuestión ética y medioambiental, el reducir el desperdicio alimentario a cero es de vital importancia en estas semanas.

Algunos datos…

  • Un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdicia en todo el mundo (1.300 millones de toneladas /año): equivale aproximadamente a la mitad de la cosecha mundial de cereales.
  • El coste económico de todos los alimentos desperdiciados anualmente expresado según el precio del productor asciende a 577.000 millones de € anuales.
  • Desperdiciar alimentos supone un impacto en el medio ambiente y una enorme pérdida de recursos como agua, superficie agrícola y energía, que se emplean para producir los alimentos que finalmente se tiran.
  • Además, es necesario considerar la pérdida de tiempo, dinero y mano de obra invertida en la producción y transformación de unos alimentos que no serán consumidos finalmente.
  • En la Unión Europea 89 millones de toneladas de alimentos acaban en la basura: 179 kilos por habitante al año.
  • El 42% del desperdicio se produce en los hogares.
  • Por otro lado, es necesario considerar casi 1.000 millones de personas no tienen acceso a una nutrición suficiente.
  • Si no se actúa lo antes posible, el desperdicio alimentario en la UE alcanzará en 2020 los 126 millones de toneladas. Esto supone un aumento del 40% más de la cifra desperdiciada en 2013.
  • En España se tiran al año 7.700 millones de kilos de alimentos. Es el séptimo país que más tira, detrás de: Alemania (10,4 MM de kg), Francia (9 MM kg) o Reino Unido (14.4 MM Kg).
  • En Euskadi, a falta de completar el diagnóstico cuantitativo que se está elaborando, se estima la cantidad de desperdicio alimentario en 350.000 toneladas al año.
  • El desperdicio medio por persona al año asciende a 30 kg de comida al año.
  • Productos sin procesar, es decir, se desperdician tal como se compran: representan el 85% de los desechos.
  • Comida preparada en el propio hogar: representa el 15% restante.
  • Frutas, verduras y el pan fresco son los alimentos sin preparar que más se tiran: representan casi el 50%.
  • Los productos envasados de larga duración y los congelados son los que menos se desperdician.

Tipo de fracciones alimentarias desperdiciadas

  • Desperdicio alimentario: se refieren a los alimentos apropiados para el consumo humano que se descartan, sea o no después de que se mantenga más allá de su fecha de caducidad o se deje estropear. A menudo esto se debe a que la comida se ha estropeado, pero puede ser por otras razones, como el exceso de oferta debido a los mercados, o las prácticas individuales de compra o hábitos alimenticios.
  • Pérdidas alimentarias: se refiere a una disminución de la masa (materia seca) o del valor nutricional (calidad) de los alimentos que originalmente estaban destinados al consumo humano. Estas pérdidas son causadas principalmente por ineficiencias en las cadenas de suministro de alimentos, tales como situaciones no deseadas en infraestructura y logística, falta de tecnología, habilidades insuficientes, conocimiento y capacidad de gestión de los actores de la cadena de suministro y/o falta de acceso a los mercados.
  • Food wastage: Se refiere a cualquier alimento perdido por pérdida o desperdicio. Así, el término «wastage» abarca tanto la pérdida de alimentos como el desperdicio de alimentos. Este término fue planteado por la FAO.

En función de la razón de la generación se pueden diferenciar 3 tipos de desperdicios alimentarios:

  • Evitable: Alimentos y bebidas desperdiciados que en algún momento antes de la eliminación eran comestibles (p.ej., rebanadas de pan, manzanas, filetes, etc.).
  • Potencialmente evitable: Alimentos y bebidas que algunas personas comen y otras no, o que se pueden comer cuando un alimento se prepara de una manera, pero no de otra (p.ej., pieles de patata).
  • Inevitable: Desperdicio que se deriva de una preparación de alimentos o bebidas que no es, y no ha sido, comestible en circunstancias normales (p.ej.,, huesos de carne, cáscaras de huevo, bolsas de té).

Principales causas de la generación de desperdicio alimentario en los hogares.

  • Producto deteriorado.
  • Por expiración de fecha de caducidad o consumo preferente.
  • Por mala conservación o almacenamiento, o por exceso de tiempo en su almacenamiento.
  • Alimentos sobrantes destinados al posterior consumo, pero olvidados en los lugares de almacenamiento.
  • Alimentos sobrantes de las comidas.
  • Parte de los alimentos que no se utilizan en su totalidad a la hora de elaborar la receta o que vuelven a almacenarse una vez abierto el envase y acaban tirándose.
  • Cantidad cocinada en exceso o preparada de forma inapropiada o sobrante en el plato.

Fuente:
AZTI

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