Los llamados recicladores de base, con amplia presencia en los países en desarrollo, reclaman el reconocimiento de su labor para acabar con la crisis de la contaminación por plásticos.
El pasado martes se anunció la formación del Grupo de amigos de los recicladores de base en las negociaciones del tratado global de plásticos. Se trata de un reconocimiento sin precedentes de los derechos, las competencias y la importancia del sector informal de los residuos; nunca antes los países se habían comprometido formalmente a respaldar a este sector en el contexto de las negociaciones internacionales. El Grupo es un organismo voluntario formado por representantes de los Estados miembros de todo el mundo para garantizar que las voces de los recicladores sean escuchadas en las negociaciones del tratado del plástico.
El anuncio se produjo al inicio de la primera reunión del Comité Internacional de Negociaciones (INC-1) para establecer el texto del Tratado mundial sobre plásticos, que será el primer tratado jurídicamente vinculante para abordar la contaminación por plásticos, desde su extracción hasta su eliminación. La inclusión de los recicladores en las negociaciones da señales de que los países están reconociendo el rol fundamental que desempeñan estos trabajadores en la creación de soluciones a la crisis del plástico y, por tanto, deben ser reconocidos como partes interesadas clave en el proceso del tratado.
Entre 12,6 y 56 millones de personas trabajan en el sector informal del reciclaje, según un informe de Gaia, y en muchos lugares sus esfuerzos representan casi la totalidad de los materiales reciclados en sus municipios. A pesar de ello, los recicladores a menudo no son reconocidos o compensados por sus gobiernos locales, y trabajan en condiciones indignas. En América Latina y el Caribe, por ejemplo, se calcula que el sector informal proporciona entre el 50 y el 90% de los materiales reciclables que utiliza la industria local o que se exportan, pero solo recibe el 5% de los beneficios.
La principal demanda de los grupos de recicladores es desarrollar un plan de transición justa, que debe incluir una compensación adecuada por los servicios prestados, oportunidades de autoempleo, un papel clave en la cadena de valor del plástico y un papel en la creación y aplicación de políticas para acabar con la crisis del plástico a nivel local e internacional.
Según explica Soledad Mella, presidenta de la Asociación Nacional de Recicladores de Chile (ANARCH) y secretaría de comunicaciones RedLacre, «es histórico ver que más de 19 países se alinean con la Alianza Internacional de Recicladores con delegados que pueden incidir políticamente en las decisiones, garantizando la participación de los recicladores en la negociación. Ahora, el desafío más grande es que el proceso sea realmente vinculante y que tomen en cuenta nuestra demanda, que es una transición justa, que garantice la participación de los recicladores en toda la cadena del reciclaje y en cada negociación, y que las leyes que se implementen vean al reciclador como parte fundamental de la cadena de reciclaje«.
Adja Mame Seyni Paye Diop, vicepresidenta de recicladores de Senegal, añade que «lo que espero de este tratado y de esta reunión es que se tengan en cuenta nuestros empleos. Para mí una transición justa es tener alternativas de trabajo para mantener a nuestras familias cuando llegue el momento de cerrar los vertederos«.
Entre las exigencias de los grupos de recicladores están las siguientes:
- Incluir una definición de Transición justa y una descripción de los recicladores en el proyecto de texto para las negociaciones.
- Establecer un grupo de negociación dedicado a la transición justa.
- Desarrollar un informe que destaque la contribución de los recicladores al reciclaje y a la reducción de la contaminación por plásticos, en el que los recicladores harán sus contribuciones.
- Apoyo financiero para asistir a las negociaciones internacionales.