Según un informe de BIR, algunos recicladores europeos se han visto obligados a reducir su capacidad de producción hasta un 40%, con consecuencias importantes sobre los precios de las materias primas.
Gran parte del progreso hacia la consecución de una economía circular para los plásticos podría venirse abajo a menos que la industria europea del reciclaje sea compensada por los elevados costes energéticos que actualmente amenazan sus operaciones, según refleja la última publicación World Mirror on Plastics de la asociación mundial de reciclaje BIR.
Los costes son ya tan elevados que algunas empresas se han visto obligadas a dejar de reciclar porque la realidad económica hace que les resulte mejor enviar el material al vertedero o a la incineración. Si estas condiciones persisten, cabe esperar que se produzcan más bajas laborales, despidos e incluso insolvencias empresariales, advierte el estudio.
La incertidumbre sobre el precio y la disponibilidad de la energía en el futuro también está afectando negativamente a la inversión en el sector del reciclaje, de nuevo en detrimento de los objetivos medioambientales a largo plazo, añade el informe.
Los asfixiantes aumentos de los costes de la energía están resultando prácticamente imposibles de repercutir, por lo que muchos operadores no tienen otra alternativa que reducir su producción: en algunos países europeos, el uso de la capacidad ha caído hasta un 40%. Esto está provocando excedentes y una presión a la baja en los precios de las materias primas, con descensos superiores al 35% en algunos casos. El más afectado es el polipropileno, seguido del HDPE, el LDPE, el HIPS y el ABS.
En China, que sigue manteniendo su política de cero COVID, los fabricantes no han podido alcanzar los niveles medios de producción, por lo que muchos clientes han desviado sus pedidos a otros países del sudeste asiático. La demanda de materiales reciclados es lenta tanto en China como en otras naciones asiáticas.
Las noticias más positivas de Asia se refieren al apoyo al PET reciclado (rPET) en Indonesia debido a las próximas plantas de grado alimentario encabezadas, por ejemplo, por Indorama, Dynapak-Coke y Alba. Otro factor es Malasia, que está importando balas y escamas de rPET de Indonesia a precios superiores, compitiendo así con los recicladores nacionales por esta materia prima tan deseada. Mientras tanto, Singapur ha lanzado una consulta pública sobre un sistema de depósito y devolución para las botellas de PET, que se pondrá en marcha en 2024.
En Estados Unidos, la segunda mitad de 2022 ha traído consigo importantes caídas en los precios de todos los plásticos reciclados. Este descenso ha atraído a compradores de exportación competitivos de, entre otros, Europa, Asia y, en menor medida, México. La demanda del mercado de PET sigue siendo fuerte a pesar de una corrección de los precios de casi el 50% desde los niveles observados a principios de año, lo que ha provocado dificultades a los recuperadores nacionales de PET para vender su producto final con beneficios.
Los precios del HDPE natural también han sufrido una importante corrección respecto a los niveles del año pasado, pero la demanda se mantiene estable. Mientras tanto, se ha producido un renovado interés por las balas rígidas mixtas (HDPE/PP/LDPE) tanto por parte de los compradores nacionales como de los exportadores, especialmente del sudeste asiático y de México.
En otro orden de cosas, un reciente informe encargado por Zero Waste Europe (ZWE) ha concluido que el reciclaje químico emite hasta nueve veces más CO2 que el mecánico. Según el documento, siempre que sea posible debe darse prioridad al reciclado mecánico sobre el químico y hay que hacer un mayor esfuerzo en el «diseño para el reciclado». ZWE insta a la Comisión Europea a tener en cuenta las conclusiones del informe en la próxima revisión de la Directiva sobre residuos de envases.