El Ayuntamiento madrileño se asegura de que podrá tratar en sus instalaciones la materia orgánica que se empezará a recoger de forma selectiva el próximo año.
La planta municipal de reciclaje de Fuenlabrada (Comunidad de Madrid) podrá convertir anualmente alrededor de 22.000 toneladas de residuos orgánicos en compost para su uso en agricultura y jardinería. Esto supondría poder dar servicio a una población de tres veces la de Fuenlabrada.
«En Fuenlabrada llevamos años trabajando en implementar nuevos procesos para el reciclado y la reutilización de productos como forma de reducir al máximo los efectos del cambio climático», ha explicado el alcalde, Javier Ayala. En la actualidad ya se tratan alrededor de 2.000 toneladas de residuos orgánicos procedentes de la poda y la siega.
«Al tener la planta de tratamiento preparada -ha señalado el alcalde-, Fuenlabrada tiene la garantía de que, cuando vamos a comenzar la implantación del contenedor para residuos orgánicos, tenemos la capacidad para su reciclado y conversión en compost«.
En concreto, el Ayuntamiento tiene previsto poner en marcha la implantación del nuevo contenedor de biorresiduos durante el año 2020. El objetivo es que la recogida de estos residuos pueda reutilizarse como compost en parques y jardines y para actividades agrícolas.
«Fuenlabrada apuesta por una recogida y un tratamiento de calidad. La finalidad no era instalar cuanto antes los nuevos contenedores, sino hacerlo cuando tengamos la garantía plena de que los residuos pueden tratarse con éxito en nuestra planta de reciclado», ha explicado el concejal de Concejal de Medio Ambiente, Espacio Público y Movilidad Sostenible, Felipe Pinel.
Fuenlabrada es la única ciudad de la Comunidad de Madrid, salvo la capital, que dispone de una infraestructura de este tipo. Se inauguró en 1999 y en la actualidad clasifica 12.000 toneladas de envases al año procedentes de Fuenlabrada y otros 10 municipios. La planta clasifica una total de siete materiales diferentes para su reutilización.
Además, la ciudad es pionera en la recogida selectiva de residuos, que se puso en marcha en 1997. En este momento está funcionando en toda la ciudad un sistema soterrado de recogida mediante las llamadas islas ecológicas, que sitúan los contenedores a una distancia promedio de 75 metros de todas y cada una de las viviendas de nuestra ciudad.