La normativa de gestión ambiental de los residuos electrónicos obliga a reutilizar el 4% de los aparatos informáticos y pequeños electrodomésticos y el 3% de los grandes aparatos eléctricos.
La plataforma para el reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos Recyclia, en colaboración con la empresa Revertia, ha contribuido a la reutilización de 15.440 kilos de aparatos electrónicos en 2018, en línea con lo marcado por la normativa estatal sobre gestión de este tipo de residuos. Según las estimaciones de ambas entidades, la reutilización de este volumen de residuos ha evitado la emisión de 120 toneladas de CO2 a la atmósfera o, lo que es lo mismo, las emitidas por un automóvil que recorriera 726.00 kilómetros.
Cabe señalar además que, desde 2015, año en que entró en vigor la normativa sobre reutilización de aparatos electrónicos en nuestro país, Recyclia y Revertia han evitado, gracias a esta práctica, la emisión de 476 toneladas de CO2, contabilizando la producción, distribución comercial, uso y gestión al final de su vida útil.
Según indican ambas entidades, los aparatos más reutilizados en 2018 han sido, en primer lugar, ordenadores de sobremesa, portátiles y servidores, seguidos de monitores y pantallas de tubo. En tercer lugar, aparecen las impresoras, fotocopiadoras y otros grandes aparatos y, por último, pequeños dispositivos, entre ellos tabletas y teléfonos.
Colaboración en favor de la reutilización
Recyclia y Revertia, empresa especializada en el acondicionamiento de aparatos electrónicos para su reutilización, colaboran desde 2015, coincidiendo con la entrada en vigor de esta normativa que, actualmente, obliga a reutilizar el 4% de los dispositivos informáticos y pequeños electrodomésticos y el 3% de los grandes aparatos eléctricos.
Recyclia se encarga de retirar los residuos electrónicos depositados por los ciudadanos en sus contenedores y en puntos limpios municipales, para posteriormente trasladarlos a los centros de tratamiento de Revertia en Pontevedra y Madrid. Una vez allí, cada aparato es evaluado para comprobar si es posible prolongar su vida útil.
En caso de que funcione, el dispositivo es acondicionado para su reutilización, lo que incluye el borrado de información conforme a la normativa de protección de datos. En caso contrario, es enviado a un gestor final para su reciclaje.
Según José Pérez, consejero delegado de Recyclia, “de acuerdo con la conocida como ‘jerarquía de gestión de los residuos’, la prioridad es reducir el consumo para, consecuentemente, reducir la generación de residuos. Sin embargo, el ritmo de crecimiento del bienestar social hace prever que cada vez se generarán más. Por ello –añade Pérez–, y retomando esta jerarquía, lo más recomendable es la reutilización y el reciclaje, evitando así las opciones, claramente contaminantes de la incineración y el vertedero”.