Durante estas fechas, la producción de residuos aumenta hasta un 20%, o incluso hasta un 80% si hablamos de restos de alimentos.
Con la llegada de las Navidades, caracterizadas por un mayor consumo, sucesivas comidas y cenas familiares, y los regalos propios de estas fechas, la producción de basura se dispara de forma alarmante, incrementándose su impacto sobre el medio ambiente y, por supuesto, los costes derivados de la adecuada gestión de la misma.
La colaboración de los ciudadanos a través de la aplicación práctica de la estrategia de las tres erres (reducción, reutilización y reciclaje) es, si cabe, todavía más relevante en esta época, toda vez que, según distintas entidades del sector, en fechas puntuales como el Día de Navidad, Año Nuevo y Reyes, la producción de desechos aumenta en alrededor de un 20%.
Desperdicios de alimentos
Uno de los aspectos más preocupantes es la elevada cantidad de alimentos que desperdiciamos en estas fiestas. Si en condiciones normales arrojamos al cubo de la basura un tercio de la comida que adquirimos cada semana, en Navidad ésta puede aumentar hasta en un 80%.
En este escenario conviene tener presentes una serie de consejos para revertir la situación:
- planificar las compras con suficiente antelación,
- comprar con racionalidad,
- hacer una lista detallada con lo que realmente se necesita y plenamente ajustada a nuestro presupuesto,
- dar preferencia a los artículos comercializados a granel,
- comparar precios y calidades teniendo en cuenta el precio por kilo más que el precio por unidad,
- ser precavidos ante ofertas y promociones que muchas veces no se ajustan a nuestro ritmo de consumo,
- leer el contenido de las etiquetas y comprobar las características de los productos e idoneidad de los mismos,
- revisar y mantener en orden la despensa y la nevera evitando que determinada mercancía escape de la vista y acabe oculta,
- vigilar el buen funcionamiento del frigorífico,
- diferenciar el consumo preferente de la fecha de caducidad,
- servir pequeñas raciones,
- elaborar con las sobras distintos menús,
- congelar las cantidades sobrantes
- compartir los alimentos con gente necesitada.
Si los consumidores disponen de una vivienda unifamiliar con huerto o jardín, una buena forma de aprovechar los restos de alimentos es a través del compostaje doméstico, produciendo a partir de la descomposición biológica de la materia orgánica generada, un abono natural de alta calidad con el que sustituir a los fertilizantes artificiales, sirviendo de nutriente para el suelo.
Contenedores de reciclaje
Comprar con racionalidad, evitar los productos de “usar y tirar” y con demasiados envases y embalajes, descartar las vajillas, vasos y cubiertos desechables, rechazar las bolsas plásticas de un solo uso, fabricar nuestros propios regalos o donar los juguetes a niños sin recursos, constituyen, entre otros, gestos sencillos con los que consumir de forma responsable, disminuir la producción de desechos y disfrutar de una Navidad sostenible.
Asimismo, debe darse continuidad, e incluso intensificar, la activa participación de la población en el sistema de recogida selectiva, depositando cada material en el contenedor correspondiente a fin de garantizar su posterior reciclado: amarillo para los envases de plástico, latas y briks; azul para los de cartón y papel; iglú verde para los envases de vidrio, y el contenedor convencional para la fracción resto. Además, en algunas poblaciones existen también contenedores para la recogida selectiva de la materia orgánica.
Fuente:
Sogama