Casi la mitad de todos los residuos recogidos por las autoridades locales entre 2022 y 2023 se incineraron, mientras que las tasas de reciclaje se han estancado en los últimos años.
El Gobierno británico anunció el pasado 30 de diciembre que sólo se aprobará la construcción de nuevas incineradoras de residuos si cumplen nuevas y estrictas condiciones locales y medioambientales.
En los últimos 14 años, las tasas de reciclaje se han estancado en el Reino Unido, lo que significa que demasiados residuos se incineran o se depositan en vertederos. Según datos del Gobierno, casi la mitad de todos los residuos (49%) recogidos por las autoridades locales en 2022/23 se incineraron, y sólo se recicló el 40%.
Según los nuevos planes, el Gobierno sólo respaldará proyectos que maximicen la eficiencia y apoyen el crecimiento económico, la reducción de emisiones y la transición a una economía circular.
Los promotores deberán demostrar que sus proyectos contribuirán a reducir la cantidad de residuos no reciclables que se envían a los vertederos o permitirán sustituir las plantas más antiguas y menos eficientes, lo que supone un paso importante en el planteamiento del Gobierno para gestionar los residuos de una forma más adecuada.
También tendrán que demostrar que los nuevos proyectos están preparados para la captura de carbono cuando entren en vigor los requisitos, y que aprovecharán el calor que produzcan. Esto incluye las plantas que producen combustibles que pueden utilizarse para descarbonizar otros sectores, como la aviación.
Las últimas informaciones gubernamentales sobre la capacidad de las infraestructuras de residuos en Reino Unido muestran que el endurecimiento de los nuevos requisitos para las incineradoras de residuos propuestas no afectará negativamente a la capacidad del país para procesar residuos y debería reducir la cantidad enviada a los vertederos.
Según Mary Creagh, ministra de Economía Circular, «durante demasiado tiempo, el país ha visto cómo sus tasas de reciclado se estancaban y dependía de la incineración de residuos domésticos, en lugar de apoyar a las comunidades para que mantuvieran los recursos en uso durante más tiempo. Esto se acaba hoy, con unas condiciones claras para las nuevas plantas de producción de energía a partir de residuos: deben ser eficientes y apoyar el cero neto y nuestra misión de crecimiento económico, antes de que puedan obtener el respaldo necesario para su construcción».
Para Charlotte Rule, responsable de Política Climática y Energética de la Asociación de Servicios Medioambientales (ESA), que incluye a los gestores de residuos, «hace tiempo que la recuperación de energía y materiales de los residuos sobrantes tras el reciclado es una parte importante de la economía circular, pero el desarrollo de instalaciones de producción de energía a partir de residuos debe sopesarse cuidadosamente con las necesidades de capacidad actuales y futuras».
«El aumento de las tasas de reciclaje y el desarrollo de la captura de carbono, así como las redes de calor de distrito a través del parque de valorización energética de residuos del Reino Unido, jugarán un papel de apoyo al objetivo de descarbonización de nuestro sector para 2040 y contribuir a los objetivos de cero neto del Reino Unido».
Según el Gobierno, el país está llegando a un punto en el que la capacidad nacional de tratamiento de residuos es suficiente para gestionar la cantidad total de residuos no reciclables que producen los hogares.
Según las previsiones actuales, en 2035 las plantas de valorización energética podrán gestionar 18,8 millones de toneladas de residuos. Sin embargo, con la puesta en marcha de las reformas del Gobierno en materia de recogida y envases -incluidos el Reciclado Simplificado, el Sistema de Depósito y Devolución de envases, la Responsabilidad Ampliada del Productor para los envases y la transición a una economía circular-, el país solo necesitará gestionar 17,6 millones de toneladas de residuos no reciclables en 2042. Esto significa que hay una necesidad limitada de desarrollar más plantas incineradoras de residuos.
El ejecutivo británico considera que aunque es necesario reducir al mínimo la incineración de residuos, sigue siendo una opción mejor que enviar la basura al vertedero. Las instalaciones de incineración proporcionan alrededor del 3% de la generación total de energía del Reino Unido y pueden contribuir a la descarbonización de la calefacción de los hogares y empresas.