En el marco del proyecto Res Urbis se desarrollará tecnología innovadora que permita aprovechar la materia orgánica como alternativa a los productos derivados del petróleo.

El Área Metropolitana de Barcelona, a través de su Dirección de Servicios de Prevención y Gestión de Residuos, participa en el proyecto europeo Res Urbis (Resources from Urban Bio-Waste), que comenzó el pasado mes de enero. Coordinado por la Universidad de La Sapienza, en Roma, el proyecto está centrado en el desarrollo de tecnología innovadora para la gestión integral de diversos residuos sólidos urbanos (como residuos municipales o lodos de depuradora).

Con una duración de tres años, el proyecto Res Urbis cuenta con una financiación de unos tres millones de euros en el marco del programa europeo Horizon 2020, como parte del programa diseñado específicamente para promover la economía circular.

Dicho programa se basa en la investigación y el desarrollo dirigidos a un doble objetivo: minimizar la cantidad de residuos desaprovechados y enviados a los vertederos y obtener nuevos bioproductos sostenibles que permitan usar los propios residuos como una alternativa a los productos derivados del petróleo.

El principal objetivo de Res Urbis es transformar residuos urbanos en bioplásticos que puedan usarse en envases y embalajes, en la fabricación de productos de alta durabilidad (como carcasas de ordenadores, tabletas y teléfonos) y para la remediación ambiental (como materiales bajos en carbono para la recuperación de aguas subterráneas).

El proyecto Res Urbis se presentó en Roma el pasado 25 de enero, donde se puso de relieve su alto potencial, teniendo en cuenta que más de 300 millones de europeos viven en áreas urbanas y que la producción media de materia orgánica residual por persona es de 100 gramos diarios.

Los actuales tratamientos de recuperación de estos residuos son la biometanización para la producción de energía y el compostaje, que en opinión de los responsables del proyecto genera productos de menor valor añadido. El desarrollo de tecnologías innovadoras como las que plantea este proyecto permitiría transformar este gran flujo de materia orgánica en productos con un elevado valor de mercado y con impactos positivos para el medio ambiente, la economía y el empleo.

Para lograr los objetivos del proyecto, se ha creado un consorcio formado por 21 entidades de ocho países europeos . Entre ellas hay ocho universidades –incluída la Universidad de Barcelona–, así como empresas, asociaciones y administraciones públicas.

El proyecto Res Urbis está financiado por la UE

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