El centro tecnológico AZTI valida el uso de subproductos generados en la producción de cerveza, como el bagazo y la levadura, para su utilización como ingredientes en los piensos empleados en la acuicultura.
La reutilización de los subproductos derivados de la producción de alimentos es una pieza clave en las nuevas políticas en economía circular y desarrollo sostenible promovidas por la Unión Europea. En este ámbito, el centro tecnológico AZTI, miembro de la alianza Basque Research and Technology Alliance (BRTA), coordina el proyecto Life Brewery, que tiene como objetivo demostrar la viabilidad de los residuos generados en la producción de cerveza y darles una segunda vida como alimentos para los peces de acuicultura.
El objetivo de la iniciativa, integrada en el programa LIFE de la Unión Europea, es aprovechar los más de 6 millones de toneladas de bagazo y el millón de toneladas de levadura que se generan en la producción de la cerveza para obtener ingredientes con el mismo valor nutricional, digestibilidad y seguridad alimentaria que los de los piensos empleados en la actividad acuícola.
“El alto número de compuestos de alto valor (proteínas, fibra, etc.) que contienen los subproductos generados en la producción de cerveza les confieren gran potencial para su aplicación en la industria farmacéutica y cosmética. Pero estos usos solo dan salida a una pequeña parte de los residuos, por lo que es necesario buscar nuevas alternativas como la producción sostenible de piensos de acuicultura”, asegura David San Martin, responsable de este proyecto en AZTI.
En concreto, el equipo de investigación implicado en el proyecto, que arrancó en 2017 y se prolongará hasta 2021, ha conseguido desarrollar y validar un nuevo esquema de valorización, que ha permitido la obtención de cuatro prototipos de ingredientes a partir de la levadura y el bagazo, tanto hidrolizado como sin hidrolizar.
Además, se han completado de forma satisfactoria las pruebas de digestibilidad y crecimiento con los peces.
“Los análisis sensoriales que hemos realizado nos han permitido demostrar que no existen diferencias entre los peces alimentados con los nuevos ingredientes y los ejemplares alimentados mediante piensos comerciales”, añade el experto de AZTI.
Para conseguirlo, ha sido necesario el desarrollo de un proceso de deshidratación bajo en carbono, que se basa en el uso de una combinación innovadora de tecnologías mecánicas y térmicas para obtener ingredientes sostenibles a partir de bagazo y levadura.
Asimismo, también se ha llevado a cabo la optimización de la formulación de los piensos para maximizar la inclusión de estos subproductos en las dietas acuícolas.
“La realización de las pruebas de eficiencia nutricional de los nuevos piensos se está llevando a cabo con lenguados y doradas, como ejemplos de los modelos de acuicultura marina atlántica y mediterránea, respectivamente. La trucha ha sido la especie escogida como modelo de agua dulce”, precisa San Martin.
En su opinión, los resultados de Life Brewery son relevantes porque contribuyen a reducir el impacto ambiental de la industria agroalimentaria.
“La producción de cerveza genera subproductos húmedos orgánicos que pueden ser aprovechados como nuevas fuentes de alimentos en humanos y animales. Pero, además, por cada litro de cerveza producido se generan 7 litros de aguas residuales que deben ser tratados. La concienciación social sobre este impacto es clave para el desarrollo de patrones productivos y de consumo mucho más sostenibles”, razona.
Beneficios económicos y ambientales
Life Brewery presenta beneficios para el conjunto de la cadena de valor. Por un lado, aporta ventajas al propio sector cervecero, mediante una gestión más eficiente de sus subproductos, transformando lo que actualmente supone un gasto en un ingreso adicional.
Mientras, a las empresas de producción de piensos, les hace posible la obtención de componentes mucho más económicos y sostenibles que las materias primas utilizadas hasta ahora, además de sufrir una menor dependencia de esos ingredientes, cuyo suministro se ve comprometido por diversos factores como las grandes fluctuaciones en los precios o el cambio climático.
El sector de la acuicultura, por su parte, es otro de los eslabones de la cadena beneficiado por los resultados de la iniciativa, gracias a la adquisición de piensos sostenibles a menor coste, lo que implica una mayor rentabilidad económica, manteniendo la calidad y la seguridad de sus productos.
“Además de todos estos beneficios, el uso de estos subproductos implica una mejora de la imagen ambiental de todos los agentes de la cadena de valor, así como la generación de una nueva actividad económica”, agrega el experto de AZTI.
El proyecto Life Brewery, que tiene un presupuesto global de 1,5 millones, de los que la UE financia el 60%, cuenta con la participación del IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias), las empresas Riera Nadeu y LKS KREAN y la Asociación de Cerveceros Europea (Brewers of Europe).