GO CHAMPLAST es un proyecto de economía circular que producirá advanced char a partir del sustrato residual del cultivo del champiñón y films compostables para reemplazar productos actuales de origen fósil.
España es el tercer productor europeo de hongos. Cuando el cultivo de este alimento ha finalizado, el sustrato queda “agotado” para continuar con una producción industrial. Este sustrato postcultivo se convierte en un residuo que supone un gran desafío para los cultivadores. Además, los films acolchados que se emplean en la actualidad en el cultivo de champiñones y setas requieren de un costoso reciclado. En este contexto, cada vez son más necesarias estrategias de reutilización de los residuos de estos cultivos que permitan minimizar el impacto medioambiental, paisajístico y económico de su actividad.
El proyecto de investigación GO CHAMPLAST nace para poner solución a esta problemática, apostando por la reducción de los residuos del cultivo del champiñón y su posterior valorización para la mejora de la productividad del propio sector agrícola. Para ello, se presentan dos soluciones innovadoras. Por un lado, una nueva formulación de film compostable para sustituir al film plástico de origen fósil que se utiliza actualmente en el cultivo del champiñón. Y por otro lado, la obtención de advanced char a partir del sustrato postcultivo y otros residuos agrícolas para reducir el uso del material de cobertura tipo turba, de origen fósil, y para emplearlo como fertilizante que contribuya a mejorar los cultivos agrarios, aumentando así la competitividad y la rentabilidad para el sector agrícola.
Además, en el marco de este proyecto también se extraerán los aceites esenciales de cultivos de plantas aromáticas, como hierbabuena, orégano, menta, tomillo y jara, para controlar hongos patógenos en el cultivo del propio champiñón.
La Asociación Profesional de Productores de Sustratos y Hongos de La Rioja, Navarra y Aragón (ASOCHAMP) es el representante y coordinador de este Grupo Operativo CHAMPLAST y desarrollará las investigaciones a través del Centro Tecnológico de Investigación del Champiñón de La Rioja (CTICH). AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, actúa como coordinador técnico de este proyecto, en el que también participan las empresas Ingelia y SAV.
La implementación de estas soluciones supone la clara ventaja de la mejora de la rentabilidad de las explotaciones agrarias, ya que se reducirán los gastos asociados al tratamiento de sus residuos postcultivo, y diversificará su negocio por el desarrollo de nuevos materiales avanzados, como son el film compostable y el advanced char, que serán validados directamente en condiciones a escala industrial.
Mejoras ambientales y competitivas
El proyecto GO CHAMPLAST permitirá mejorar la sostenibilidad medioambiental, social y económica de las explotaciones para el cultivo del champiñón. La recogida y gestión del sustrato postcultivo para poder obtener productos de alto valor añadido como el advanced char promueve el uso eficiente de los recursos a través de un proceso viable económicamente y competitivo. Así, se reduce el uso de terreno agrario para depositar estos residuos y se minimiza el impacto ambiental en forma de olores, impacto visual, lixiviados, junto con las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los materiales que se utilizarán a lo largo del proyecto para obtener los productos finales serán productos naturales y compostables que no ocasionan toxicidad para la salud humana o el medio ambiente. El proceso consiste en la obtención del hidrochar, eliminando etapas de secado altamente demandantes. Posteriormente este se somete a un tratamiento térmico en torno a 250ºC-350ºC para obtener el advanced char, con el que se consigue reducir la fitotoxicidad, mejorar la adsorción de nutrientes y agua y aportar mayor cantidad de carbono orgánico al suelo. Así, el uso del advanced char contribuye al abastecimiento de biomateriales que pueden sustituir parcialmente el material de cobertura o turba, de origen fósil, y al mejor aprovechamiento del agua y nutrientes.
La reducción en el uso de turba como cobertura o sustrato agrícola reducirá el impacto ambiental generado por la extracción de turberas y su transporte asociado. Por otro lado, la producción de biopesticidas botánicos a partir de plantas aromáticas permitirá una alternativa eficaz y medioambientalmente sostenible a los fitosanitarios químicos para el control de patógenos en los cultivos de champiñón.