Un estudio refleja que cada transacción de Bitcoin produce de media 272 gramos de residuos electrónicos. Esto significa que toda la red de la conocida criptomoneda genera más de 30.000 toneladas de chatarra electrónica al año.
Ya es de sobra conocido que Blockchain y la minería de criptomonedas como el Bitcoin genera un enorme consumo energético sobre el que muchas voces expertas han alertado. Pero el Bitcoin produce también otro impacto ambiental non tan conocido, como es la generación de residuos electrónicos.
Un nuevo estudio, titulado «Bitcoin’s growing e-waste problem» (El creciente problema de los residuos electrónicos de Bitcoin), y publicado este mes en la revista Resources, Conservation and Recycling, cuantifica que toda la red de Bitcoin genera ya hasta 30,7 kilotoneladas de residuos electrónicos al año. «Este nivel es comparable a los residuos de pequeños equipos informáticos que produce un país como Holanda», según los autores del artículo.
El estudio explica que estos residuos electrónicos son el resultado del uso de máquinas altamente especializadas para el proceso de minería de Bitcoins, que rápidamente se quedan obsoletas a medida que los mineros «se apresuran por desarrollar y desplegar hardware de minería más eficiente» con el fin de obtener una ventaja competitiva sobre su competencia.
Los autores del estudio cuantifican que, por término medio, el tiempo que tarda un dispositivo de minería en dejar de ser rentable asciende a menos de 1,3 años, tras lo cual ya no sirve para nada, pues están diseñados para esa función específica. Sobre una cantidad estimada de 2,9 millones de máquinas activas que pesan 39,75 kilotoneladas en total, esto da como resultado esas 30,7 kilotoneladas de residuos electrónicos al año.
Los residuos electrónicos en general «representan una amenaza creciente para nuestro medio ambiente, desde los productos químicos tóxicos y los metales pesados que se filtran en los suelos, hasta la contaminación del aire y el agua causada por un reciclaje inadecuado», explican los autores.
Además, añaden que «con los niveles máximos de precios del Bitcoin observados a principios de 2021, la cantidad anual de residuos electrónicos puede crecer más allá de 64,4 kilotoneladas a medio plazo». Pero incluso sin este crecimiento adicional, la cantidad actual de generación de residuos electrónicos representa 272 gramos por transacción procesada en la cadena de bloques. Esta es la misma cantidad de peso que medio iPad o dos iPhones 12 mini.
Por último, el estudio señala que la necesidad de producir estas máquinas «puede interrumpir las cadenas de suministro de semiconductores a nivel mundial» en medio de «la creciente demanda de hardware de minería».
El artículo concluye que la solución más deseable para reducir esta producción de residuos electrónicos sería sustituir el sistema de minería (Proof-of-Work) en su totalidad. Alternativas como el Proof-of-Stake «eliminan el incentivo de participar en una carrera armamentística computacional y sólo requieren un dispositivo con conexión a Internet para participar». Al implementar esto en Bitcoin, la red abordaría tanto el problema del consumo de energía como la generación de residuos electrónicos.
Fuente:
digiconomist.net