La Universidad de Valladolid y Bodegas Matarromera van a patentar la aplicación del extracto de uva generado en la producción de vino en tratamientos de oftalmología.
El Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid (UVa) y Bodegas Familiares Matarromera han comprobado el potencial que tiene el extracto de uva, un subproducto del vino con gran capacidad antioxidante, en las células del ojo. El extracto, denominado Eminol y protegido por la Bodega, tiene un efecto protector de los ojos ante el estrés oxidativo, reduciendo el riesgo de sufrir enfermedades oculares.
La capacidad de este extracto, inocuo, antifúngico y con propiedades antiinflamatorias, es muy superior a la de otros principios antioxidantes empleados habitualmente en la industria farmacéutica, lo que le confiere una mayor supervivencia celular y evita procesos degenerativos. Por ello, la UVa y la Bodega van a proteger, mediante una patente conjunta, los beneficios del extracto en tratamientos oftalmológicos.
Así, ambas entidades han suscrito un acuerdo para avanzar en esta patente, así como para desarrollar otros proyectos en colaboración. Antonio Largo Cabrerizo, rector de la UVa, ha señalado que la colaboración entre la Universidad y Matarromera se remonta 15 años, con estudios conjuntos no solo con el IOBA, también “con el IBGM, con la investigación y difusión de la zona arqueológica de Pintia, con el desarrollo de un catador electrónico para medir las propiedades organolépticas de los vinos o con la aplicación de los polifenoles a la industria cosmética”. Además, ha destacado el rector, ambas entidades han colaborado en proyectos nacionales e internacionales como Wine Panel test o WINESENSE.
El acuerdo suscrito recoge la cotitularidad de la patente y un contrato de licencia de la Universidad a favor de Bodegas Familiares Matarromera, y regula las bases de su explotación para abrir una nueva línea de negocio para la empresa y una fuente de retornos a la Universidad.
Por su parte, el presidente de Matarromera, Carlos Moro, ha recordado el origen de esta colaboración. “En una consulta médica me dijeron que tenía que cuidar la mácula del ojo. Me recetaron un medicamente y al ver los componentes vi antioxidantes. Nuestro extracto es más antioxidante que cualquier otro del mercado y nos pusimos en contacto con el IOBA para estudiar si podíamos aplicarlo a los tratamientos oftalmológicos”, ha detallado. Moro ha explicado que han desarrollado dos productos, uno para la mácula y otro para el vítreo, que aún no han comercializado.
“Estamos realizando los primeros ensayos clínicos para ratificar, científicamente, este efecto positivo. Queremos tener verificación suficiente de su validez, mediante pruebas concretas en un número de pacientes”, apunta Carlos Moro.
Fuente:
DiCYT