Un informe de la Universidad de Utrecht advierte de que las actuales políticas de la UE en materia de residuos electrónicos se centran demasiado en el reciclaje, y considera necesario abordar la prolongación de la vida útil de los productos.
En nuestra moderna sociedad digital, la forma de eliminar los residuos electrónicos, a menudo peligrosos, es una preocupación cada vez mayor. La economía circular está en el centro del Nuevo Pacto Verde de la Unión Europea y del impulso a la neutralidad climática en 2050. Pero cuando se trata de la electrónica, las medidas actuales no son suficientes. Un reciente informe dirigido por la Universidad de Utrecht (Países Bajos), en colaboración con la Universidad Tecnológica de Troyes (Francia), señala que las políticas de la UE deben ampliarse para incluir un nuevo conjunto de responsabilidades para los productores, de modo que no se limiten a promover el reciclaje, sino que se comprometan realmente con la economía circular y la faciliten.
Los productos electrónicos contienen muchos materiales peligrosos y potencialmente tóxicos, por lo que su correcta eliminación es esencial para evitar daños a la salud humana y al medio ambiente. La UE ha designado la electrónica y los residuos electrónicos como un área clave para la mejora de las políticas.
Las políticas actuales de la UE en materia de residuos electrónicos pretenden estimular a los productores para que se responsabilicen de todo el ciclo de vida de un producto: diseño, uso y residuos. En su informe, los investigadores analizan y evalúan la eficacia de estas políticas en los últimos 20 años, examinando cómo se han aplicado en los Países Bajos, Francia e Italia.
En sus resultados constatan que las políticas actuales de la UE no consiguen integrar a un conjunto más amplio de actores en la organización de la prolongación de la vida útil de los productos y la reutilización y recuperación de los residuos de productos electrónicos.
Muchos productos tienen una vida útil corta para el consumidor -pensemos en los teléfonos, que sacan un nuevo modelo cada año-, lo que significa que el aumento de las cantidades de residuos es cada vez mayor. La reutilización de dispositivos puede reducir la demanda de nuevos productos, mientras que la eliminación incorrecta de residuos electrónicos puede dar lugar a la exposición a sustancias tóxicas.
Las políticas de la UE sólo se centran de forma limitada en el fomento de la recogida y el reciclaje, prestando poca atención a las medidas para prolongar el uso de los productos y controlar el destino de los mismos cuando se reciclan. Esta combinación de factores hace que la contribución de las políticas actuales a la economía circular sea insuficiente.
Opciones para el futuro
Los investigadores esbozan cuatro recomendaciones clave para que la UE las tenga en cuenta en el desarrollo de su próxima política de productos electrónicos. Estas recomendaciones incluyen:
- Pedir a los productores que paguen una tasa de responsabilidad del productor variable en función de de lo circular que sea el producto (por ejemplo, reciclable o reutilizable).
- Incluir a nuevos y más actores en la organización y diseño de las políticas de responsabilidad ampliada.
- Ampliar el alcance de las políticas a nivel internacional.
- Centrarse en la calidad de las operaciones de recuperación al final de la vida útil.
Según los autores del estudio, «en los últimos 20 años, la política se ha centrado demasiado en aumentar los índices de recogida y promover el reciclaje como solución. La inminente modificación de la política de la UE en materia de electrónica ofrece la oportunidad de hacer mucho más que esto, de exigir realmente mayores niveles de responsabilidad a los productores».
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