Sofía García.
La trazabilidad de los residuos y la responsabilidad en la cadena de gestión son los elementos que garantizan que la gestión de residuos se lleve a cabo con una mínima seguridad jurídica que otorgue la confianza imprescindible a todos los operadores de la cadena (fabricante, productor del residuo, gestor del residuo, intermediarios, administración etc.).
En los últimos años se han identificado algunas malas prácticas que avocan a revisar el modelo de responsabilidad en la cadena de gestión del residuo establecido por la Ley 22/2011, de residuos y suelos contaminados.
El actual modelo de “responsabilidad delegada” recogido en el apartado 8 del artículo 17 de la Ley 22/2011, que establece que “la responsabilidad de los demás productores u otros poseedores iniciales de residuos, cuando no realicen el tratamiento por sí mismos, concluye cuando los entreguen a un negociante para su tratamiento, o a una empresa o entidad de tratamiento autorizadas siempre que la entrega se acredite documentalmente y se realice cumpliendo los requisitos legalmente establecidos”, no garantiza ni la correcta gestión, según la prelación recogida en la Directiva Marco de Residuos, ni la trazabilidad de los mismos.
Este criterio es compartido con la Comisión Europea, que el pasado 9 de diciembre de 2017, publicó un documento BIPRO-final report, sobre la “Asistencia a la Comisión en la evaluación de los Planes de Gestión de Residuos y en el apoyo y seguimiento del cumplimiento de la Directiva Marco de Residuos”. En él, se recomendaba al Estado español la sustitución del régimen “delegado” por el régimen de responsabilidad compartida en la gestión de los residuos, de cara a garantizar el cumplimiento de la Directiva Marco de Residuos. Además, recordemos que no es la primera vez que la Comisión se manifiesta en este sentido, ya que también propuso dicha actuación en un informe anterior elaborado en 2015.
Ventajas de la responsabilidad compartida en la gestión de residuos
En el informe “Análisis del régimen de responsabilidad en la gestión de los residuos: hacia un modelo de responsabilidad compartida”, realizado por Ekoiure y encargado por parte de la Asociación de Empresas Gestoras de Residuos y Recursos Especiales – ASEGRE, se destaca especialmente el modelo de gestión de residuos practicado en el Estado francés como ejemplo de buenas prácticas en gestión de residuos peligrosos, en base a su estrategia de responsabilidad compartida de los agentes en toda la cadena de gestión.
El “régimen de responsabilidad compartida” aplicado en Francia y otros Estados miembros (Alemania, Reino Unido) regula que el productor de residuos comparta la responsabilidad del destino final de los residuos, aunque estos puedan ser gestionados por agentes intermedios. Esta medida añade un sistema extra de control sobre toda la cadena de gestión de residuos y propicia un efecto de autorregulación, que a su vez puede respaldar un enfoque más basado en el riesgo por parte de las autoridades. Todo ello porque esta responsabilidad fomenta las auditorías entre los actores de la cadena para garantizar una correcta gestión del residuo hasta su valorización o eliminación final.
Se considera que un enfoque en el que la responsabilidad sea compartida provoca que productor del residuo tenga siempre una fuerte motivación para aplicar la debida diligencia al seleccionar una empresa de gestión de residuos con experiencia acreditada, en lugar de considerar únicamente el precio como elemento principal de su contratación.
En la actualidad, todavía el vector principal de contratación de un gestor autorizado de residuos es el factor precio, sin tener en consideración otros elementos fundamentales como la calidad del servicio, el tipo de tratamiento a ofrecer al residuo, la logística etc… Esto se debe a que productor de residuos puede delegar toda la responsabilidad a otros actores, por lo que puede encontrar incentivos para transferir los residuos al precio más reducido a las empresas que aplican estándares ambientales más bajos.
Actualizar la legislación española
El estudio finalmente recoge algunas de las recomendaciones generales que la UE realiza sobre los Estados miembros. En concreto, para España establece una hoja de ruta que incluye transponer el “principio de responsabilidad compartida” en la legislación nacional sobre residuos peligrosos y eliminar la opción para que los productores de residuos peligrosos deleguen completamente la responsabilidad del tratamiento de residuos en los negociantes.
Esta recomendación europea es el camino necesario para solucionar los problemas detectados: la presencia de intermediarios en el mercado de residuos español que no generan valor sobre el residuo, provocada por la responsabilidad delegada en la gestión de los residuos, y la ausencia de un control público suficiente.
La responsabilidad compartida permitirá garantizar la total trazabilidad en la gestión de los residuos desde su origen hasta su destino final, y su autocontrol por los operadores intervinientes.
Este informe realizado por Ekoiure ha sido contratado y encargado por parte de la la Asociación de Empresas Gestoras de Residuos y Recursos Especiales – ASEGRE, (asociación con la que Aclima colabora en el ámbito de la gestión de residuos) que lleva varios años persiguiendo estas malas prácticas con un afán de alertar de la incorrecta gestión que se realiza por parte de algunos operadores y del insuficiente control e inspección desarrollado por las Administraciones Públicas, entienden que este modelo debe adoptarse no solo para los residuos peligrosos sino para todos los residuos.
Fuente:
Aclima