Un estudio internacional concluye que productores y consumidores deben compartir la responsabilidad y los costes de la correcta gestión de los residuos de envases de plástico.
Los residuos de envases de plástico están por todas partes. Nuestras botellas de plástico, los envoltorios de los alimentos y las bolsas de la compra ensucian el paisaje y contaminan el medio ambiente mundial. El Gran Parche de Basura del Pacífico está formado por residuos de plástico de todo el mundo, arrastrados por las corrientes hasta converger en el Océano Pacífico cerca de Hawai. Los residuos flotantes se descomponen en microplásticos, que son consumidos por los peces y, a su vez, por los seres humanos que comen esos peces.
En Estados Unidos, solo un 14,5% de los residuos plásticos se reciclan; la mayor parte acaba en los vertederos, donde tardan cientos de años en degradarse. Estados Unidos y otros países desarrollados han enviado tradicionalmente sus residuos de plástico a Asia, pero muchos países en desarrollo se niegan ahora a aceptar más residuos.
Un nuevo estudio realizado por un equipo internacional de investigadores y publicado en Journal of Industrial Ecology explora las pautas mundiales de los residuos de envases de plástico. El estudio concluye que tres países -Estados Unidos, Brasil y China- son los principales generadores de estos residuos.
«Queríamos hacer un seguimiento de los residuos de envases de plástico integrados en la cadena de suministro mundial», afirma Sandy Dall’erba, coautora del estudio, profesora del Departamento de Economía Agrícola y del Consumidor (ACE) y directora del Centro de Economía Climática, Regional, Ambiental y Comercial (CREATE) de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos.
«Este trabajo nos permite concluir que el problema es una responsabilidad compartida entre los agentes económicos, desde los productores y sus intermediarios hasta las tiendas minoristas y los consumidores», explica.
América, el mayor generador de residuos
Dall’erba y sus colegas midieron los flujos de transacciones de residuos de envases de plástico a partir de una base de datos global y multirregional de insumos y productos llamada EXIOBASE, combinada con datos del Banco Mundial.
Los investigadores descubrieron que América del Norte y del Sur generan conjuntamente el 41% de la producción mundial de residuos de envases de plástico, sobre todo Estados Unidos (19% de la producción mundial) y Brasil (13%). Le siguen Europa, con un 24%, y Asia, con un 21%, la mayoría de los cuales se generan en China (12%).
Si nos fijamos en los consumidores, América del Norte y del Sur son de nuevo los responsables de la mayor parte de los residuos. Juntas, las Américas representan el 36% del consumo mundial de envases de plástico, seguidas de Asia con el 26% y Europa con el 23%.
«Los alimentos ricos en proteínas, como la carne, el pescado y los productos lácteos son característicos en América y generan muchos residuos de envases de plástico», explica Dall’erba. «Por ejemplo, cada 1 kg de pescado consumido genera una media de unos 1,6 kg de residuos. Esto incluye las bolsas de plástico, las bandejas y el celofán utilizados para envolver y cubrir el pescado durante el transporte, el almacenamiento y la venta».
Las exportaciones internacionales agravan aún más el problema, ya que representan alrededor del 25% de los residuos de envases de plástico a nivel mundial.
Normativa más estricta
«El plástico no es fácil de sustituir. No hay otro material que proteja la frescura de un producto alimentario que vaya a ser enviado a todo el mundo», afirma Dall’erba. «Tenemos que seguir desarrollando tecnologías que hagan que los plásticos sean más biodegradables, como los productos basados en algas. Pero también necesitamos una normativa más estricta que desaconseje la producción y el uso de envases de plástico».
«Los acuerdos internacionales, como el Protocolo de Kioto, suelen centrarse en las restricciones y las tasas a la producción. Pero eso da a los países desarrollados un incentivo para trasladar sus actividades más contaminantes a los países en desarrollo. A nivel mundial, es un juego de suma cero, porque simplemente se delega el problema a otro lugar», señala Dall’erba.
Los investigadores concluyen que productores y consumidores deben compartir la responsabilidad y los costes.
«Todos los agentes de la cadena de suministro y los consumidores finales necesitan incentivos para reducir el uso del plástico. Algunos ejemplos son los impuestos sobre la gestión de residuos o los reembolsos por devolver botellas de plástico», explica Xiang Gao, autor principal del trabajo. Gao es investigador de la Academia de Matemáticas y Ciencias de los Sistemas de la Academia China de Ciencias (CAS) en Pekín (China).
«Otras medidas son la prohibición de las pajitas de plástico de un solo uso o la imposición de tasas para las bolsas de plástico de los supermercados», añade. «Consumir alimentos de temporada cultivados localmente ayudaría, al igual que una mayor transparencia sobre la verdadera reciclabilidad asociada al código de identificación de la resina estampado en los envases de plástico», concluye Gao.