La organización argumenta que las obligaciones fiscales injustificadas, las cuotas y prohibiciones de exportación y las cargas administrativas adicionales crean un terreno de juego desigual para los recicladores y obstaculizan el uso de materias primas secundarias por el sector manufacturero, en beneficio de los productores y fabricantes de recursos primarios.
Las normativas e intervenciones políticas que reprimen el libre comercio de materiales reciclables y reciclados están obstaculizando el logro de los objetivos de sostenibilidad y socavando la transición a una economía circular. Así lo asegura, al menos, la Oficina Internacional del Reciclaje (BIR) en su último documento de posición aprobado durante la reunión del Consejo Mundial de Asociaciones de Reciclaje de la organización, celebrada la semana pasada en Singapur. EL texto subraya que, para evitar estos resultados no deseados, la industria del reciclaje debe estar adecuadamente representada allí donde se tomen decisiones políticas que afecten al comercio de materiales reciclados.
Los materiales reciclados han desempeñado durante mucho tiempo un papel fundamental en las cadenas de suministro de la industria manufacturera mundial y seguirán siendo clave para hacer frente a los retos climáticos como alternativas sostenibles a los recursos naturales extraídos. Pero para ser competitiva, la industria mundial del reciclaje depende de un acceso estable al mercado. Por lo tanto, sostiene el documento, las políticas deben garantizar el flujo libre y justo de estos materiales.
Aunque este comercio permite la distribución eficaz de materiales reciclables y reciclados a las regiones donde más se necesitan, los gobiernos de todo el mundo han intensificado las intervenciones políticas que obstaculizan los flujos transfronterizos, según BIR. La organización argumenta que las obligaciones fiscales injustificadas, las cuotas y prohibiciones de exportación y las cargas administrativas adicionales crean un terreno de juego desigual para los recicladores y, en última instancia, obstaculizan la absorción de materias primas secundarias, en beneficio de los productores y fabricantes de recursos primarios.
Al mismo tiempo, algunas políticas van en contra de sus objetivos declarados al dejar materiales abandonados en lugares donde la capacidad de reciclado es insuficiente o ineficaz, frenando así el suministro de materiales reciclados a economías con mayor capacidad y demanda y, por tanto, disminuyendo las tasas globales de reciclado, asegura el texto.
Interferir en el funcionamiento eficiente del mercado internacional del reciclado se traducirá en menores niveles de inversión y reciclaje, advierte el documento de posición. Un entorno normativo impredecible dificulta las decisiones de inversión a largo plazo y pone en peligro multitud de empresas de reciclaje y puestos de trabajo relacionados, añade.
Aunque BIR reconoce que las intervenciones políticas rara vez pretenden perturbar intencionadamente el reciclado, sostiene que las normativas con objetivos medioambientales, de seguridad y económicos a menudo pasan por alto los efectos no deseados sobre los recicladores, por lo que resultan perjudiciales para la consecución de los objetivos de circularidad. Al mismo tiempo, estas intervenciones pueden castigar a empresas legítimas que contribuyen al crecimiento económico y al progreso medioambiental.
Para evitar la introducción de medidas que socaven los esfuerzos medioambientales globales, los recicladores insisten en que la industria del reciclaje debe estar representada cuando los organismos nacionales o internacionales discutan cualquier asunto normativo o político que tenga el potencial de afectar a las operaciones de los recicladores.
El documento de posición de BIR hace especial hincapié en la importancia crítica del comercio internacional de materiales reciclables y reciclados, tanto para la cadena de suministro de fabricación mundial como para el cambio hacia una economía más circular. Y señala que el comercio mundial de materiales reciclados se ha estimado en más de 130.000 millones de dólares en 2019.
Según las propias estimaciones de BIR, la industria mundial del reciclaje procesa anualmente más de 600 millones de toneladas de materiales reciclables.
Ósea, países pequeños deben recibir sin obstáculo materias primas secundarias de calidad dudosa: ejemplo….plásticos con metales pesados, disruptores endocrinos y compuestos persistentes, sin análisis y sin restricción, para amparar una industria del reciclaje irreflexiva y que camufla materiales peligrosos en mezclas recicladas, traficando con sustancias peligrosas no siempre debidamente reguladas en los países de recepción… y más encima hay que bajar los aranceles, porque se considera circular la exportación a miles de kilómetros de productos y substancias que en realidad recicladas o no, son tóxicos…
Yo lo plantearía así.
1.- la industria del recilaje se dedica a homologar estándares para la seguridad de los materiales, entre países receptores y generadores, y se definen estándares mejorados de salud material y trazabilidad para su uso.
2.- como los materiales reciclados están catalogados para ser seguros según su uso, y compiten en mejor condición que materiales vírgenes que no siempre están debidamente analizados, entonces necesita aranceles más bajos. pero contra análisis de salud de materiales.
3.- se diferenciarían aranceles a productos terminados de materias primas secundarias… porque residuos hay en todas partes y en todas partes hay que impulsar una industria de la valorización.