La Junta de Andalucía recuerda que a pesar de no tratarse de un residuo peligrosos, los neumáticos usados tienen unas cualidades, como su no degradabilidad o su alta capacidad calorífica, que obligan a gestionarlos de forma adecuada para evitar su impacto en el medio ambiente.
La Junta de Andalucía está ejecutando un proyecto cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional para la selección, retirada y reciclaje en las instalaciones de un gestor de residuos autorizado de 485 toneladas de neumáticos abandonados en un solar del término municipal de Vélez-Rubio (Almería).
El delegado de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Antonio Martínez, visitó esta semana la localidad para conocer las labores que se están realizando. Allí insistió en que “a pesar de tratarse de un residuo no peligroso, tiene características que empujan especialmente a gestionar de la mejor forma su tratamiento” “Una de las cualidades es su no degradabilidad en la naturaleza (puede tardar más de 100 años en descomponerse) y la otra es su alta capacidad calorífica, lo que dificulta la extinción en caso de fuego”, explicó Martínez.
Respecto a la gestión de este tipo de residuos, la normativa Comunitaria prioriza las opciones de reutilización y reciclado sobre la valorización energética. Además, en las facturas de venta de los neumáticos nuevos se especifica la repercusión en su precio final de los costes de gestión del residuos en que se convierten cuando quedan fuera de uso.
El delegado de la Junta destacó que “estos trabajos complementan las inversiones realizadas por la Administración Autonómica en 2012 y 2013 que permitieron sellar y restaurar el vertedero de residuos sólidos urbanos del Consorcio de Los Vélez y construir un Punto Limpio en Vélez-Rubio”.
Prohibición del vertido
En 1999, la Unión Europea adoptó la Directiva 1999/31/CE, en la que se prohibía la eliminación por depósito en vertedero de los neumáticos enteros a partir de 2003 y de los neumáticos troceados a partir de 2006. En diciembre de 2005, mediante Real Decreto, se fija que la política diseñada para estos residuos pasa por la aplicación del principio de quien contamina paga, pero también hace una llamada a buscar aplicaciones alternativas una vez recogidos y clasificados los neumáticos fuera de uso.
Martínez recordó que “los productores de neumáticos, ya sean de fabricación nacional o importados, tienen la obligación de ocuparse de la gestión de los residuos derivados de sus productos, y de garantizar su recogida y gestión, bien directamente, entregándolos a un gestor autorizado, o a través de un sistema integrado de gestión autorizado”.
Signus y TNU son los Sistemas Integrados de Gestión (SIG) autorizados por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio para garantizar y financiar la correcta gestión de los neumáticos fuera de uso que se generan en Andalucía.