Así lo manifiesta José María Fernández González, gerente de PROMA, empresa especializada en el ámbito de la ingeniería de los servicios urbanos y las Smart Cities.
José María Fernández González, gerente de la empresa PROMA, Proyectos de Ingeniería Ambiental, una spin-off de la Universidad de Granada centrada en la asistencia técnica, asesoramiento, investigación y desarrollo, y aplicación de resultados en el ámbito de la ingeniería de los servicios urbanos y las Smart Cities, defiende sin paliativos, en una reciente entrevista concedida a Sogama, la valorización energética de los residuos frente al uso desmedido del vertedero (fuente de emisiones de gases de efecto invernadero), «como ya hace Galicia y en general el norte de España».
Habla con la firmeza y seguridad que aporta el conocimiento y su dilatada experiencia profesional en ingeniería ambiental. No en vano, desarrolla tecnología y conocimiento para la toma de datos y aplicación de resultados en el ciclo integral del agua, ciclo integral de la gestión de los residuos, movilidad urbana y eficiencia energética. Todo un compendio de ámbitos estrechamente ligados a la economía circular.
PROYECTOS EN ESPAÑA Y EN EL EXTRANJERO
A nivel estatal, se encuentra desarrollando «diversos estudios e investigaciones sobre el aprovechamiento del biogás generado en instalaciones de tratamiento y eliminación de residuos, así como en estaciones depuradoras de aguas residuales para su conversión en biometano a fin de que pueda ser utilizado como combustible o inyectado en redes de gas natural».
Asimismo, trabaja en «una plataforma web para medir la calidad de la prestación de los servicios de limpieza viaria, recogida de residuos y mantenimiento de zonas verdes», proporciona la ingeniería básica para el desarrollo de «una tecnología de tratamiento de la materia orgánica de los residuos municipales mediante el uso de larvas de insectos» y ha participado recientemente en la elaboración de un proyecto LIFE de investigación para «biorremediación de suelos contaminados con hidrocarburos mediante bioproductos obtenidos a partir de la valorización de residuos agroalimentarios».
Pero su labor no se circunscribe únicamente al territorio español. Ha aportado su conocimiento en la elaboración del Plan Nacional de Gestión Integral de Residuos de Panamá y, en el caso de la República Democrática del Congo, ha dado comienzo a los «trabajos de caracterización de los residuos producidos en la ciudad de Kinshasa a fin de obtener datos previos para el estudio de viabilidad de una planta de producción de energía a partir de los residuos no reciclables«.
LAS NUEVAS GENERACIONES, LA ESPERANZA
José María Fernández considera precisamente que, con el crecimiento de la población y su mayor concentración en las ciudades, la demanda energética per cápita irá en aumento. De ahí que considere que «el gran reto de la humanidad es el poder proporcionar la energía necesaria para el desarrollo humano de forma solidaria y sostenible, debiendo apostar a corto plazo por las fuentes renovables como única opción para mitigar la crisis climática».
A su juicio, y mientras se continúen socializando los costes ambientales de la producción de energía y bienes de consumo, «va a resultar complicado que las grandes corporaciones cambien su modelo de producción». De ahí que, si bien considera que todavía «estamos lejos de cerrar el círculo», tiene fe en las nuevas generaciones. «Concienciadas con la situación de crisis y deterioro ambiental, vienen pegando fuerte, exigiendo políticas eficientes en el uso de los recursos«, por lo que, bajo su criterio, cabe espacio para el optimismo.