Un panel de expertos abordó en Ecofira el problema de los residuos textiles, de los que solo en España se generan más de 900 millones de kg cada año.
La Feria Internacional de Soluciones Medioambientales y la Energía, Ecofira 2018, celebrada esta semana en Valencia, celebró el pasado miércoles una mesa redonda organizada por al asociación Asirtex y la empresa valenciana Texlimca en torno a los desafíos que supone para la sociedad el reciclaje textil y el dar una “segunda vida” a las toneladas de ropa que cada día se tiran, literalmente, a la basura.
Un panel de expertos formado por profesionales como Agustín Domingo Moratalla, Doctor en Filosofía del Derecho, Moral y Política, catedrático de la Universidad de Valencia y director de la Universidad Menéndez Pelayo en Valencia; Ricardo Luis Izquierdo, director técnico en el Ayuntamiento de Fuenlabrada (Madrid) y especialista en el estudio de la generación de residuos, composición y recogida selectiva; Igor González, director de residuos de Eurocontrol, Presidente de la asociación Ecotextil y miembro del comité técnico organizador del Conama 2018, y Paula Gorini, Ceo y fundadora de Arroparte Moda Eco-logik y del Taller Textil Social de Cartagena, presidenta de la Asociación de Moda Sostenible de Murcia y secretaria de la Asociación de Moda Sostenible de España, analizaron los problemas del reciclaje de la ropa usada, la “fracción más preocupante en la gestión de los vertederos por su imposibilidad de reciclaje”.
En este sentido, recordaron que la industria textil “es la segunda más contaminante en el mundo” y que la ropa usada “ha sido el residuo urbano olvidado por las corporaciones locales españolas en los últimos 25 años”, un período donde el crecimiento de ropa y textil del hogar que va a vertedero “ha crecido de manera exponencial”.
Por ello, el futuro de la economía circular, especialmente en las ciudades, requiere analizar “si las grandes marcas de ropa tienen un compromiso firme y real por el ecodiseño” y “si las corporaciones locales van a gestionar de manera responsable este residuo” que en España supone más de 900 millones de kilogramos al año y tiene “poca trazabilidad”.
En la Mesa de Debate se planteó también “si las organizaciones sociales reconocerán que es un negocio basado en la exportación a países en vías de desarrollo”, y finalmente apelaron a los propios ciudadanos, para conocer si están “sensibilizados en un consumo responsable de la ropa que compran”.