Organizaciones ambientales y vecinales han denunciado ante el SEPRONA que las sacas con residuos peligrosos se acumulan sin cubrir ni proteger, y que algunas están rotas, liberando su contenido.
Desde hace tiempo, una montaña de sacas de ceniza procedente de la planta de valorización energética de residuos de Las Lomas, en el Parque Tecnológico de Valdemingómez (Madrid), permanece al aire libre y sin una adecuada custodia, según denuncian varias organizaciones medioambientales. Se trata de toneladas de residuos peligrosos que, en vez de estar debidamente enterrados, se encuentran expuestos a las inclemencias meteorológicas, con el riesgo que eso implica para el medio ambiente y las poblaciones del entorno.
Ante este hecho, y tras comprobar el pasado 4 de octubre que, además, algunas de las sacas se encuentran rotas, vertiendo su contenido al exterior, representantes de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), Ecologistas en Acción y el Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA) han presentado una denuncia ante la Guardia Civil. En concreto, ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) del puesto de Rivas-Vaciamadrid.
Las tres entidades, que conforman la llamada Mesa por el Cierre de la Incineradora de Valdemingómez, esperan ahora que el instituto armado investigue su denuncia y se diriman las pertinentes responsabilidades. Desde el pasado 1 de junio, el Ayuntamiento de Madrid mantiene un contrato con Tragsa para la gestión de la incineradora que no incluye el tratamiento de las cenizas. Según la información pública del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Urbaser sigue gestionando el depósito de cenizas de Valdemingómez, una instalación propiedad del consistorio madrileño.
En su escrito a la Guardia Civil, las asociaciones vecinales y ecologistas dan cuenta de la existencia del “orden de 8 a 10 niveles de depósito de sacas de cenizas al aire libre, sin cubrir ni proteger de la intemperie, con el consiguiente peligro de deterioro de las sacas en las que se contienen las mencionadas cenizas procedentes de la actividad de la incineradora de residuos, consideradas residuos peligrosos”.
En su denuncia, las entidades sociales alertan que varias de las sacas, la mayoría “almacenadas en los niveles inferiores y, por tanto, las que llevan más tiempo expuestas a la intemperie”, están rotas, “con la consiguiente pérdida de su contenido”. Para ilustrarlo, acompañan su escrito con una serie de fotografías que muestran las sacas deterioradas.