La compañía afirma que no podrá cumplir su previsión de alcanzar el millón de toneladas de residuos plásticos valorizados como aceite de pirólisis en 2025.
La multinacional petrolera Shell ha reconocido en su último informe de sostenibilidad que le va a resultar «inviable» alcanzar su objetivo de convertir un millón de toneladas anuales de residuos plásticos en aceite de pirólisis para 2025, «debido a la falta de materia prima disponible, el lento desarrollo tecnológico y la incertidumbre normativa».
En este sentido, la compañía afirma que aunque observa «una demanda de productos químicos circulares por parte de los clientes, el ritmo de crecimiento a nivel mundial es menor de lo esperado», y la falta de residuos plásticos es la principal razón.
La empresa asegura que está ayudando a desarrollar una economía circular del plástico viable mediante reciclaje químico. «Estamos trabajando con socios de toda la cadena de valor de los residuos plásticos, como la industria de gestión de residuos y los productores de aceite de pirólisis, para ayudar a desarrollar una cadena de valor circular a nivel mundial», afirma.
Así, en 2023, Shell firmó varios acuerdos de cooperación estratégica con distintos socios para «desbloquear el acceso a materias primas de residuos plásticos y permitir el almacenamiento a largo plazo del aceite de pirólisis».
Además, indica que continúa con las obras de su nueva instalación para la mejora de aceite de pirólisis en Moerdijk, en los Países Bajos. La planta, que se espera que empiece a producir este mismo año, tendrá capacidad para procesar hasta 50.000 toneladas de aceite de pirólisis al año.
Aún así, la falta de materia prima ha echado por tierra el objetivo de valorizar un millón de toneladas de residuos plásticos al año, si bien la compañía tampoco ha puesto cifras a un nuevo objetivo revisado.