Estas herramientas permiten llevar a cabo labores correctivas y preventivas en las distintas instalaciones industriales, ya que se adentran en lugares de difícil acceso desde tierra.
Con el objetivo de reforzar el servicio de vigilancia industrial en las instalaciones de Cerceda (A Coruña), tanto en el Complejo Medioambiental como en el vertedero de residuos no peligrosos de Areosa, Sogama ha incorporado el uso de drones, ganando con ello en efectividad y eficiencia.
Vigilantes debidamente formados y autorizados, y habilitados como pilotos de drones, son los encargados de gestionar este tipo de dispositivos aéreos que permiten combinar distintas técnicas de supervisión, como es el caso de las cámaras térmicas o de alta definición, llevando a cabo tareas de videovigilancia y control perimetral.
El conjunto de cámara térmica infrarroja/RGB constituye una solución segura, integral y fácil de utilizar. Así, y mientras que la cámara de infrarrojos mide la temperatura en la imagen, la cámara RGB, con una sensibilidad a la luz veinte veces superior a la del ojo humano, toma imágenes de muy alta calidad, incluso en condiciones de baja iluminación. Ambas imágenes se transmiten simultáneamente a la estación de control y pueden ser vistas superpuestas o por separado.
Estas cámaras específicas permiten llevar a cabo labores correctivas y preventivas en las distintas instalaciones, ya que se adentran en lugares de difícil acceso desde tierra, como es el caso de las cubiertas de las distintas naves, la supervisión del correcto funcionamiento de los sistemas de depuración y la extracción de gas metano en el vertedero de Areosa.
Los drones pueden ser utilizados manualmente o bien a través de sistemas de posicionamiento GPS, realizando rutas autónomas programadas, lo que permite que el dron regrese a su posición de forma automática.
Las imágenes quedan grabadas, pudiendo ser visualizadas a posteriori para su análisis. De esta forma, se permite definir si el circuito programado se ha realizado correctamente y qué áreas es necesario volver a registrar.
Toda la operativa se lleva a cabo bajo la autorización y supervisión de la AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea).