Según un informe de la AEMA, tres vías principales pueden hacer que la producción y el consumo de plásticos sean más sostenibles: un uso más inteligente de los plásticos, una mayor circularidad y más materiales renovables.
Los plásticos tienen muchas aplicaciones útiles, pero las tendencias mundiales de producción y consumo de estos materiales son actualmente insostenibles. Las prácticas circulares y de sostenibilidad a lo largo del ciclo de vida de los plásticos pueden ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación y los residuos. Según un nuevo análisis de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), ya existen muchos ejemplos de buenas prácticas que deberían ampliarse para hacer posible una economía circular de los plásticos en Europa.
El informe «Caminos hacia plásticos circulares en Europa – ejemplos de buenas prácticas de países, empresas y ciudadanos» pretende inspirar a empresas, responsables políticos y ciudadanía en general para que la producción y el consumo de plásticos sean más circulares y sostenibles. El documento se basa en un informe técnico elaborado por el Centro Temático Europeo sobre Economía Circular y Uso de Recursos de la AEMA.
Según el informe de la AEMA, tres vías principales pueden hacer que la producción y el consumo de plásticos sean más sostenibles: un uso más inteligente de los plásticos, una mayor circularidad y más materiales renovables.
Un uso más inteligente de los plásticos incluye la reducción de envases innecesarios y productos de un solo uso, así como un diseño más circular que haga que los productos duren más y sean más fáciles de reutilizar y reparar. En Europa ya existen otros ejemplos de uso inteligente de los plásticos, como el alquiler de equipos, el uso compartido de coches y herramientas y, por ejemplo, la reutilización de cajas y palés en el sector alimentario, señala el informe.
Para aumentar la circularidad es necesario prolongar el uso y la reutilización de los productos y mejorar la recogida, la clasificación y el reciclado de los plásticos. Algunos ejemplos de buenas prácticas son las tiendas que se ofrecen a recuperar sus propios productos al final de su ciclo de vida, lo que puede mejorar la calidad de los materiales reciclados o permitir algún tipo de reutilización. El papel de los consumidores también es fundamental a la hora de elegir qué comprar y garantizar un reciclado adecuado. En general, muchos mercados europeos de materias primas recicladas, incluidos los de plásticos mixtos, no funcionan bien, según un reciente análisis de la AEMA.
Aumentar el uso de materiales renovables implica, por ejemplo, utilizar más plásticos reciclables y de base biológica, en lugar de depender únicamente de los combustibles fósiles y sus importaciones. Según el informe, el aumento del uso de materiales renovables debería centrarse en las materias primas de segunda y tercera generación que no compiten con la producción de alimentos y piensos.
Las empresas, los responsables políticos y los ciudadanos pueden contribuir a una producción y un consumo de plásticos más sostenibles y circulares, concluye el informe de la AEMA. Existe un gran potencial para ampliar los modelos de negocio circulares, reforzar las políticas, aumentar la demanda de productos sostenibles, reducir el consumo innecesario y mejorar el reciclaje.
Un informe complementario, «El destino de los residuos plásticos de la UE», elaborado por el Centro Temático Europeo sobre Economía Circular y Uso de Recursos de la AEMA, investiga la dinámica del comercio de residuos plásticos dentro de la UE y las exportaciones desde la UE. El informe demuestra que las exportaciones de residuos plásticos de la UE siguen disminuyendo y se concentran en pocos países receptores. Los resultados de los estudios de caso, que suscitan preocupación medioambiental, también indican que los residuos plásticos que salen de la UE son de calidad muy inferior a los que se comercializan dentro de la UE, y que los países receptores carecen a menudo de infraestructuras adecuadas de gestión de residuos.