Aunque los subproductos solo se incluyan en bajas proporciones en las raciones de los animales, pueden tener un papel especialmente relevante en la actual crisis de materias primas y reducir la dependencia de las importaciones del sector ganadero.
España es líder europeo y uno de los diez principales productores mundiales de piensos para animales. En 2020 se produjeron 37,69 millones de toneladas de piensos, 48 % destinadas al porcino, 27 % a rumiantes y el 25 % restante a otras especies animales.
Los piensos de los animales están basados en el uso de grandes cantidades de cereales, principalmente maíz y cebada. En la actualidad, se plantea el problema de la escasez de cereales, debida entre otras razones al cese de las importaciones procedentes de Ucrania, segundo país suministrador de maíz a España (por detrás de Brasil), con un volumen medio de 2,7 millones de toneladas anuales importadas.
Alternativas para paliar la crisis
La reducción del suministro de cereales ha provocado un incremento de su precio, que se ha unido al aumento del coste de las materias primas ya registrado en los últimos meses.
Medidas como el aumento de tierras dedicadas al cultivo de cereales y la autorización de su importación de países distintos pueden contribuir a la resolución de esta crisis, pero otras medidas como la utilización de materias primas no convencionales también pueden ser útiles.
La sustitución de materias primas convencionales por subproductos agroindustriales o residuos de cosechas puede reducir los costes de producción, la contaminación medioambiental, la huella de carbono de los productos animales y la competencia entre la alimentación animal y la humana, contribuye a la sostenibilidad de las explotaciones ganaderas, potencia la economía circular en los sectores productores y puede mejorar la imagen verde de la ganadería.
Además, puede tener efectos beneficiosos en la salud animal y la calidad de los productos animales. En consecuencia, beneficia a la salud del consumidor.
Sin embargo, la utilización práctica de estos recursos requiere conocer su valor nutritivo y las condiciones idóneas para su inclusión en la dieta de los animales.
En España se han llevado a cabo numerosas investigaciones que avalan el potencial de diferentes subproductos agroindustriales y desechos vegetales para alimentar a los animales.
Subproductos del olivar y el viñedo
España es el primer productor mundial de aceite de oliva. En su fabricación se generan diferentes tipos de orujo de aceituna, formados por pulpa, pieles y huesos de las aceitunas y agua.
El orujo de aceituna es un material fibroso pobre en proteína que se ha utilizado fundamentalmente en la alimentación de los rumiantes en épocas de escasez de alimento y para alimentar a animales en mantenimiento o bajo nivel productivo.
Sin embargo, este subproducto también se ha incluido en el pienso de ovejas gestantes y lactantes y de terneros sustituyendo a los cereales sin que se reduzca el rendimiento productivo. El uso de orujo de aceituna en piensos para cerdos puede modificar el contenido en ácidos grasos de la carne hacia un perfil más insaturado y más saludable para el consumo humano.
La viticultura y la producción de vino tienen una gran importancia social y económica en España, uno de los principales productores mundiales. Esta industria genera una gran cantidad de subproductos, entre los que el orujo de uva es el mayoritario.
El orujo de uva es un material fibroso y de bajo valor nutritivo, pero su inclusión en el pienso de corderos puede mejorar la vida útil de la carne sin reducir la producción de los animales. Esta mejora en la estabilidad oxidativa de la carne se ha observado también al incluir pequeñas cantidades de orujo de uva en el pienso de pollos.
Subproductos de cultivos hortofrutícolas
España es el primer país europeo y segundo mundial en superficie dedicada a cultivos de invernadero. En ellos se generan grandes cantidades de restos vegetales, como hojas, ramas y destríos de frutos que están disponibles durante todo el año. Estos materiales vegetales tienen un alto contenido en agua y se pueden mezclar con otras materias primas para formar bloques multinutrientes.
La administración de bloques multinutrientes con destríos de tomate y pepino a cabras lecheras modificó la grasa de la leche hacia un perfil más saludable y redujo las emisiones de metano, un gas con potente efecto invernadero.
El potencial del tomate para reducir las emisiones de metano se ha observado también en otros estudios. El procesado del tomate para producir zumos y pasta genera pulpa de tomate, un subproducto muy abundante en España. La pulpa de tomate, ensilada o desecada, puede mejorar la calidad de la carne y la leche de los rumiantes.
También se ha utilizado pulpa de tomate en dietas para cerdos, aves y conejos, mejorando el perfil de ácidos grasos de la carne, y en piensos para acuicultura y mascotas.
Otro subproducto muy abundante en España es la pulpa de cítricos, que se genera en la producción industrial de zumos y puede utilizarse fresca, ensilada o deshidratada.
La pulpa deshidratada tiene un alto contenido energético y puede sustituir a los cereales, tal y como se ha demostrado en vacuno, ovino, caprino y porcino. En cerdos, la pulpa de naranja también puede reducir las emisiones contaminantes de los purines.
Otro subproducto del cultivo de cítricos es la hoja de los árboles. Se ha observado que las hojas de limonero y de naranjo pueden reducir las emisiones de metano de cabras lecheras y mejorar el perfil de ácidos grasos de la leche.
En cabras lecheras se han usado ensilados con subproductos de alcachofa y brócoli y subproductos del aguacate y mango. Los subproductos del aguacate también pueden mejorar la calidad de la carne de cerdos al reducir su contenido en grasa, disminuir su oxidación y aumentar el contenido en ácidos grasos poliinsaturados.
Subproductos de la cerveza
La cerveza es una de las bebidas más consumidas en España, el tercer productor en la UE. La producción de cerveza genera varios subproductos, pero el principal es el bagazo, un material rico en proteína y fibra altamente degradable, pero también tiene un alto contenido en agua y se pudre fácilmente.
El bagazo fresco se utiliza en explotaciones de rumiantes lecheros (vacas principalmente) cercanas a las industrias cerveceras y tiene efectos beneficiosos sobre la producción y calidad de la leche al mejorar el perfil lipídico, aunque también puede ensilarse. El bagazo también puede deshidratarse y ser utilizado en las dietas de aves y cerdos, aunque su valor nutritivo para estos animales es menos conocido.
¿Y si se mezclan varios subproductos en el pienso?
La composición nutricional de los subproductos suele ser desequilibrada, por lo que mezclar varios en los piensos puede ser una buena opción práctica. La inclusión de un 44 % de una mezcla de subproductos (pulpa de cítricos, granos de destilería y orujo de aceituna) en el pienso de corderos de engorde mejoró la calidad de la carne al aumentar su proporción en ácidos grasos poliinsaturados y disminuir la oxidación lipídica.
Cuando el mismo concentrado se administró a cabras lecheras también mejoró la grasa de la leche hacia un perfil más saludable sin alterar la producción.
En terneras de engorde, la inclusión de un 73,5 % de una mezcla de granos de destilería, raicillas de malta y granilla de uva en el pienso mantuvo los mismos niveles productivos y la misma calidad de la carne que al administrar un pienso rico en cereales.
La inclusión de una mezcla de tomates, pulpa de cítricos y bagazo y levadura de cerveza en el pienso de cabras redujo las emisiones de metano y aumentó la proporción de ácidos grasos poliinsaturados en la leche.
Estos estudios demuestran que la combinación de subproductos y restos vegetales en el pienso puede reemplazar materias primas convencionales. Gracias a los numerosos trabajos realizados por diferentes grupos de investigación españoles se conoce el valor nutritivo de muchos subproductos y restos vegetales locales. Algunos han sido ya incluidos en tablas de valor nutritivo.
Sin embargo, es fundamental seguir caracterizando los subproductos que se generan en diferentes industrias, analizar su variabilidad y desarrollar sistemas eficaces y de bajo coste para su conservación, como pueden ser el ensilado, el secado solar o la producción de bloques multinutrientes.
En este sentido, son muchas las empresas que generan subproductos y que están haciendo un gran esfuerzo por desarrollar procedimientos sostenibles que permitan su almacenamiento.
Aunque los subproductos solo se incluyan en bajas proporciones en las raciones de los animales, pueden tener un papel especialmente relevante en la actual crisis de materias primas y reducir la dependencia del sector ganadero de las importaciones y su exposición a la volatilidad de los mercados.
Fuente:
The Conversation
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