El Gobierno Sueco justifica la medida en que el consumo de bolsas de plástico en el país está muy por debajo de los objetivos fijados por la UE, y que estos se logarán ya sin necesidad del gravamen.
El Gobierno sueco anunció el pasado 13 de septiembre que suprimirá el impuesto sobre las bolsas de plástico, ya que no lo considera necesario para su finalidad. La tasa fijada actualmente sobre estos artículos es de 3 coronas (unos 25 céntimos) por bolsa.
El impuesto se introdujo en el año 2020 para alcanzar el objetivo de consumo de bolsas de plástico establecido por la Unión Europea. De hecho, en los dos últimos años, el consumo de bolsas de plástico finas en Suecia ha sido inferior a 20 unidades por persona y año, muy por debajo del objetivo de consumo de la UE de un máximo de 40 bolsas de plástico finas por persona y año para finales de 2025. Cabría suponer, por tanto, que el impuesto ha tenido el efecto deseado de reducir el consumo de bolsas.
Sin embargo, a la vista de estos datos, el Gobierno sueco considera que el objetivo de consumo de bolsas de plástico de la UE se alcanzará incluso sin un impuesto sobre estas, lo que le ha llevado a proponer su supresión. El ejecutivo considera que el gravamen tiene algunos efectos negativos, como los costes administrativos, y también puede provocar un aumento del consumo de otros materiales alternativos.
En un comunicado, el ejecutivo sueco asegura que combatir y prevenir la degradación del medio ambiente es una cuestión clave para el Gobierno, pero que también se esfuerza por garantizar que la política sea sostenible y rentable a largo plazo.
En cualquier caso, el Gobierno afirma que seguirá de cerca la evolución del consumo de bolsas de plástico en el futuro.
La propuesta, fruto de un acuerdo entre el Gobierno y Demócratas de Suecia, contempla suprimir el impuesto el 1 de noviembre de 2024.