Mediante donaciones, valorización energética o revisión del empaquetado, entre otras estrategias, las principales cadenas británicas de minoristas han conseguido reducir un 10% la cantidad de alimentos desechados.
Los principales minoristas del Reino Unido han reabajado conjuntamente para reducir los residuos de alimentos de los supermercados en 20.000 toneladas durante el año pasado, según un nuevo informe del British Retail Consortium (BRC).
Grandes cadenas como Marks and Spencer, Sainsbury’s o Tesco están entre los minoristas que han conseguido reducir sus residuos de alimentos desde las 200.000 a las 180.000 toneladas anuales.
El informe del BRC ha sido cotejado de forma independiente por el Programa de Acción de Residuos y Recursos (WRAP, por sus siglas en inglés), entidad que acordó con los comerciantes un conjunto de normas comunes para garantizar su transparencia.
El estudio señala que actualmente los minoristas representan poco más del 1% de la generación anual estimada de 15 millones de toneladas de desperdicios de alimentos en Reino Unido. Sin embargo, se entiende que la posición de los comercios minoristas en el corazón de la cadena de suministro puede influir y reducir potencialmente la cantidad de residuos de alimentos que se producen durante toda la cadena de suministro y en los hogares.
El director de sostenibilidad alimentaria del BRC, Andrew Opie, dijo que “si bien celebramos el hecho de que los niveles de residuos de alimentos están cayendo, sin embargo es importante continuar centrando nuestra atención y esfuerzos donde se pueden hacer las reducciones más importantes de desperdicios de comida, y eso es en la cadena de suministro y en casa”.
En el caso de Tesco, descubrió que el 41% de sus residuos de alimentos se generan en los departamentos de panadería. Para reducir los residuos de este área implementó una estrategia de dos años que incluía, por ejemplo, hornear menos cantidades de pan pero más a menudo, en lugar de volúmenes más grandes de una sola vez. También trabajó con los proveedores para que le suministraran ingredientes que permitieran extender la vida útil de los productos. Además, se donaron excedentes de alimentos a instituciones de beneficencia para reducir aún más la generación de residuos.
Asda, otra de las cadenas de supermercados que participa en la iniciativa, ha creado etiquetas y códigos de fechas más claros para eliminar la confusión entre los consumidores sobre las fechas de caducidad de los alimentos. También revisó el empaquetado de toda su línea de productos para proteger mejor la comida, manteniéndola fresca por más tiempo.
Por su parte, Sainsbury’s, en colaboración con la empresa especializada en gestión de residuos Biffa, desarrolló el año pasado una innovadora planta de digestión anaeróbica que permite aprovechar energéticamente los residuos de alimentos de una de sus tiendas ubicada en Connock, en el condado de Staffordshire.
Y el mes pasado, Marks and Spencer anunció el lanzamiento de un programa de redistribución de alimentos a nivel nacional, por el que 150 de sus tiendas más grandes facilitarán los alimentos sobrantes a organizaciones benéficas locales.
Fuera ya de la industria minorista, un grupo de empresas y ONG, incluyendo a Unilever y WWF, han creado una coalición con el objetivo de inspirar a las compañías a adoptar amplios programas sobre residuos de alimentos.
Fuente:
edie.net