El proyecto europeo CHEERS tiene como objetivo avanzar en la sostenibilidad de la industria cervecera, revalorizando los residuos de la producción infrautilizados en cinco nuevos productos: bebidas proteicas, productos de alimentación animal, desinfectantes, cosméticos y comida para mascotas.
Una nueva combinación de técnicas de monitoreo permitirá no sólo identificar dónde está ocurriendo la contaminación, sino también cualquier bacteria particular presente y –como resultado– la causa de la contaminación.
Investigadores han identificado la enzima específica de una bacteria responsable de descomponer el PET. El hallazgo podría conducir a soluciones de bioingeniería para eliminar los residuos plásticos.
Se trata de especies que ya se habían descrito previamente, pero se desconocía su capacidad de degradar los productos derivados del plástico durante el proceso de lixiviación en el océano.
La relación mutualista entre un alga y tres bacterias estudiada por un equipo de la Universidad de Córdoba ha conseguido la producción de hidrógeno más alta obtenida hasta ahora por este tipo de consorcios.
Científicos de la NTU Singapur han conseguido aislarlas bacterias intestinales de un gusano capaz de degradar plástico y utilizarlas para elaborar un método que permita acelerar la descomposición de este material.
El proceso desarrollado por Aidimme, que también recupera plásticos ABS, supone una metodología novedosa para valorizar residuos industriales y RAEE.
Depositar los restos de medicamentos y sus envases en el Punto SIGRE de las farmacias es esencial para luchar contra las enfermedades farmacorresistentes, una «pandemia silenciosa» que ya provoca unas 4.000 muertes anuales en España.
Investigadores de la Universidad de Edimburgo desarrollan una nueva cepa de E. coli que produce enzimas capaces de obtener ácido adípico a partir de residuos de PET.
Un estudio internacional con participación de la Universitat de les Illes Balears alerta que los plásticos degradados podrían ser los que alojan mayor abundancia de comunidades microbianas, ya que esos materiales envejecidos liberan más cantidad de compuestos orgánicos que los nuevos.
