Su plataforma basada en la nube, STADLERconnect, proporciona un punto de acceso único para las soluciones digitales de la empresa y aprovecha los datos, tanto de los equipos como de los materiales, para optimizar el rendimiento de las plantas de clasificación.
La compañía ha desarrollado un dispositivo que, con un biofilm, detecta la presencia de pesticidas y otros contaminantes en el agua para generar alertas de toxicidad y determinar los pasos a seguir.
La aplicación de estrategias de economía circular podría reducir la generación de basura electrónica procedente de la inteligencia artificial hasta en un 86%, según los investigadores.
Investigadores de la Universitat Politècnica de València han diseñado esta aplicación que utiliza técnicas avanzadas de aprendizaje profundo para mejorar la detección de microfibras en corrientes de agua y lodos de EDAR.
El brazo robótico, implementado en la línea de rechazo, permite recuperar hasta cuatro categorías de materiales reciclables, evitando su depósito en vertedero.
El nuevo equipo, más ligero y energéticamente eficiente, utiliza cámaras para capturar imágenes en tiempo real y generar datos basados en IA sobre los flujos de residuos procesados en las plantas de reciclaje.
A través de esta herramienta digital, la startup vizcaína permite a las empresas dar una segunda vida a sus residuos, subproductos, excedentes de producción y otros materiales reutilizables.
El sistema de clasificación robótica separa los residuos de papel, cartón y plástico de los envases de aluminio, aumentando la calidad del material recuperado.
El joven virtual ejercerá de embajador del medioambiente y del reciclaje de vidrio, divulgando para concienciar sobre la importancia de cuidar nuestro entorno y luchar contra el cambio climático.
El proyecto iRAIN busca mejorar la gestión y el aprovechamiento de las aguas residuales, luchar contra la escasez hídrica y rentabilizar tanto la práctica de reutilización como los recursos regenerados y recuperados.
