Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y la Universidad de Azores han seleccionado esta especie como bioindicador para vigilar la acumulación de plásticos en el Atlántico norte.
Analizan los impactos no letales de los residuos plásticos en las aves marinas
[themoneytizer id=»17425-1″] Un estudio muestra que aves aparentemente sanas que han ingerido plásticos presentan menores niveles de calcio en sangre, menor masa corporal o alas, cabeza y pico más pequeños, entre otros problemas.