La integración completa de las redes eléctricas europeas supondría una rebaja de precio de al menos 2€ por MWh, lo que permitiría a los consumidores europeos ahorrarse hasta 40.000 millones anuales hasta 2030. Para lograrlo, los países de la UE deben invertir 150.000 millones de euros en proyectos de interconexión.