Investigadores del Laboratorio Nacional de Energías Renovables de Estados Unidos han evaluado los distintos procesos de reciclaje mecánico y químico bajo parámetros técnicos, económicos y ambientales.
Dado que a escala global sólo se recicla un pequeño porcentaje de plásticos, determinar la mejor forma de reciclar y reutilizar estos materiales puede impulsar el reciclado y reducir la contaminación por residuos plásticos. Con esta idea, investigadores del Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL) del Departamento de Energía de EE.UU. (DOE) han examinado las ventajas y desventajas de las tecnologías actuales y emergentes para reciclar ciertos tipos de plásticos con el fin de determinar las opciones más adecuadas.
Los investigadores compararon varias tecnologías de reciclado en circuito cerrado, que permiten reutilizar el plástico mediante procesamiento mecánico o químico, eliminando la necesidad de materiales vírgenes derivados de combustibles fósiles. Se tuvieron en cuenta parámetros técnicos como la calidad y la retención del material, así como parámetros medioambientales como el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero.
«Sabemos que el coste es uno de los principales factores -si no el principal- que impulsan a las empresas a invertir en el reciclado», afirma Taylor Uekert, autor principal del artículo, publicado en la revista ACS Sustainable Chemistry & Engineering. «Pero creo que es muy importante recordar que hay otras cosas igual de importantes para nuestra vida en el planeta, y que también debemos tener en cuenta su impacto ambiental«.
El artículo describe la eficacia de las tecnologías de reciclaje en circuito cerrado para el tereftalato de polietileno (PET) y tres tipos de poliolefinas: polietileno de alta densidad (HDPE), polietileno de baja densidad (LDPE) y polipropileno (PP). Estos plásticos tienen muchos usos. El PET, por ejemplo, se utiliza para fabricar botellas y bandejas. El HDPE se encuentra en botellas de leche, bolsas, recipientes y juguetes. El polietileno de baja densidad se utiliza para fabricar botellas, tapas y bolsas. El PP, por su parte, se utiliza para fabricar tarrinas de yogur, perchas o pajitas.
«El PET es como tu botella de agua común de un solo uso -dice Uekert-. Puede que la recicles. Pero lo más probable es que no salga por el otro extremo como una botella. Saldrá en forma de bandeja de plástico para comida o se convertirá en fibras de plástico que se pueden usar para la ropa. Volverá a ser el mismo tipo de plástico, pero no necesariamente el mismo tipo de producto de plástico».
Existen dos métodos de reciclado en circuito cerrado para los plásticos HDPE, LDPE y PP: el mecánico, en el que el plástico se tritura, se funde y se convierte en algo nuevo; y la disolución con disolventes, que elimina las impurezas para que el plástico tenga la calidad adecuada para su reutilización. Esos mismos procesos pueden utilizarse con el PET, además de tres tecnologías de reciclaje químico: hidrólisis enzimática, glucólisis y metanólisis.
Cada año se generan en el mundo más de 400 millones de toneladas métricas de residuos plásticos. Las estrategias actuales de reciclado pueden capturar una fracción de estos plásticos, pero faltan datos consistentes sobre las capacidades y el impacto de estos procesos. El estudio del NREL caracterizó cuantitativamente el rendimiento de las tecnologías de reciclaje de plásticos -incluidos factores que normalmente sólo se analizan de forma cualitativa, como la tolerancia a la contaminación- y estableció una metodología para comparar los nuevos procesos de reciclado que vayan surgiendo.
«No se trata sólo de que se pueda reciclar el plástico -afirma Uekert-. Se trata de la eficacia con la que se puede reciclar ese plástico».
Aunque, según el estudio, el reciclaje mecánico supera a todas las demás tecnologías y a la producción de plástico virgen en parámetros económicos y medioambientales, el proceso produce plástico de menor calidad. Según los investigadores, aumentar la calidad y cantidad de los plásticos que se reciclan mediante una mejor clasificación y pretratamiento podría mejorar la viabilidad del reciclado mecánico.
«Para hacer posible un sistema circular en el que se conserve la mayor cantidad posible de material en la economía, es necesario mejorar la retención de materiales mediante una mejor clasificación y un mayor rendimiento de los procesos de reciclado», explica Uekert. «Si tenemos un proceso con un rendimiento del 75%, acabaremos necesitando algo más de electricidad y productos químicos para reciclar un kilogramo de plástico que si tuviéramos un rendimiento del 90% o superior. Esto significa que el impacto medioambiental y el coste global disminuirán a medida que aumente la retención de material».
Los investigadores señalan que el reciclado debería considerarse una oportunidad de descarbonización, ya que las tecnologías utilizan electricidad que podría generarse a partir de fuentes renovables.