Un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente alerta del creciente volumen de productor textiles devueltos y no vendidos que acaban destruidos.
El consumo de productos textiles en Europa ejerce una gran presión sobre el medio ambiente y el clima. Una parte de estas presiones procede de los textiles devueltos y no vendidos que se destruyen y nunca se utilizan para el fin previsto. Un nuevo informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) analiza el problema y calcula el porcentaje de textiles devueltos y no vendidos que se destruyen en Europa, así como las opciones para hacer frente a este reto.
El informe ofrece una visión general de los conocimientos existentes sobre los textiles devueltos y no vendidos en Europa. El documento se basa en un informe técnico del Centro Temático Europeo sobre Economía Circular y Uso de Recursos de la AEMA.
Aunque los datos son dispersos, las mejores pruebas disponibles sugieren que entre el 4 y el 9% de todos los productos textiles puestos en el mercado europeo se destruyen sin llegar a ser utilizados para el fin previsto. Según el informe de la AEMA, se calcula que el procesamiento y la destrucción de los productos textiles devueltos o no vendidos son responsables de hasta 5,6 millones de toneladas de emisiones de CO2 equivalente, una cifra ligeramente inferior a las emisiones netas anuales de un país como Suecia.
Estudios recientes indican que alrededor del 20% de la ropa y el 30% del calzado comprados en línea en la UE son devueltos por los clientes. Alrededor del 70% de estas devoluciones se deben a cuestiones de talla o de estética. Sin embargo, el estudio señala que sólo alrededor del 3% de las emisiones nocivas para el medio ambiente de los productos textiles proceden de la distribución y la venta al por menor, lo que significa que incluso un proceso de devolución largo y complicado es muy probablemente beneficioso para el medio ambiente, si conduce a que el producto sea revendido y utilizado.
El informe afirma que tanto la regulación como las políticas específicas, así como las medidas de información, son necesarias para reducir las devoluciones de los clientes y los productos no vendidos. Al mismo tiempo, es necesario abordar el problema sistémico de la sobreproducción y la destrucción en la industria textil, que podría abordarse tanto con modelos de negocio como con políticas circulares. Recientemente se ha dado un paso positivo con el acuerdo de la UE para prohibir la destrucción de ropa, accesorios de vestir y calzado no vendidos (con ciertas exenciones para las pequeñas, micro y medianas empresas), como parte del «Reglamento de Productos Sostenibles» de Ecodiseño.
La AEMA y su Centro Temático Europeo sobre Economía Circular y Uso de Recursos (ETC CE) han publicado anteriormente varios documentos que abordan los textiles en la economía circular de Europa, incluidos los textiles y el medio ambiente, el diseño para la circularidad, los microplásticos procedentes del consumo de textiles, las exportaciones de textiles usados y los textiles de base biológica.