Ingenieros de la Universidad de Columbia Británica han desarrollado un nuevo tratamiento que elimina los persistentes PFAS del agua potable de manera segura, eficiente y para siempre.
Los PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas), conocidos como «químicos eternos», son un amplio grupo de sustancias que hacen que determinados productos sean antiadherentes o resistentes a las manchas. Hay más de 4.700 PFAS en uso, sobre todo en textiles impermeables, utensilios de cocina antiadherentes, repelentes de manchas y espumas contra incendios. Las investigaciones relacionan estas sustancias químicas con una amplia gama de problemas de salud, como alteraciones hormonales, enfermedades cardiovasculares, retrasos en el desarrollo y cáncer.
Para eliminar los PFAS del agua potable, el Dr. Madjid Mohseni, de la Universidad de Columbia Británica (UBC), en Canadá, junto con su equipo, ha ideado un material adsorbente único capaz de atrapar y retener todos los PFAS presentes en el suministro de agua.
A continuación, los PFAS se destruyen mediante técnicas electroquímicas y fotoquímicas especiales, también desarrolladas en el laboratorio de Mohseni y descritas en parte en un nuevo artículo publicado recientemente en Chemosphere.
Aunque existen tratamientos actualmente en el mercado, como los sistemas de carbón activado y de intercambio iónico, que se utilizan mucho en los hogares y la industria, no capturan eficazmente todos los PFAS diferentes, o requieren un tiempo de tratamiento más largo, explica Mohseni.
«Nuestros medios de adsorción capturan hasta el 99% de las partículas de PFAS y además pueden regenerarse y reutilizarse. Esto significa que cuando eliminamos los PFAS de estos materiales, no acabamos con más residuos sólidos altamente tóxicos que supondrán otro gran reto medioambiental», explica.
Mohseni afirma que, aunque los PFAS ya no se fabrican en Canadá, siguen incorporándose a muchos productos de consumo y pueden filtrarse al medio ambiente. Por ejemplo, cuando aplicamos sprays o materiales antimanchas o repelentes, lavamos ropa impermeable tratada con PFAS o utilizamos determinadas espumas para apagar incendios, las sustancias químicas acaban en nuestros cursos de agua. O cuando utilizamos cosméticos y protectores solares que contienen PFAS, las sustancias químicas podrían llegar al organismo.
Para la mayoría de las personas, la exposición se produce a través de los alimentos y los productos de consumo, pero también pueden estar expuestas a través del agua potable, sobre todo si viven en zonas con fuentes de agua contaminadas.
El Dr. Mohseni, cuyo grupo de investigación también se centra en el desarrollo de soluciones hídricas para comunidades rurales, remotas e indígenas, señala que «nuestros medios adsorbentes son especialmente beneficiosos para las personas que viven en comunidades más pequeñas y carecen de recursos para aplicar las soluciones más avanzadas y costosas que podrían capturar los PFAS. También se pueden utilizar en forma de tratamientos de agua descentralizados y caseros».
El equipo de la UBC se prepara ahora para poner a prueba la nueva tecnología en varios lugares de la Columbia Británica a partir de este mes. «Los resultados que obtengamos de estos estudios de campo en el mundo real nos permitirán optimizar aún más la tecnología y tenerla lista como productos que los municipios, la industria y los particulares puedan utilizar para eliminar los PFAS de su agua», afirma Mohseni.