La empresa catalana TRF desarrolla un proyecto piloto para la recuperación de metales preciosos procedentes de RAEE peligrosos mediante un sistema de hidrometalurgia.
La empresa TRF -Tratamiento de Residuos Fotográficos- está aprovechando sus conocimientos y experiencia en el tratamiento y recuperación de metales preciosos contenidos en los residuos fotográficos y radiológicos para desarrollar un proyecto innovador de recuperación de metales preciosos contenidos en los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) peligrosos mediante un sistema de hidrometalurgia. Se trata de una especie de vuelta a los orígenes de la compañía, la idea es la misma pero partiendo de otra base de material.
Desde su creación en 1987, TRF, siempre se ha ido actualizando. Empezó con la valorización de radiografías, fotolitos y residuos fotográficos líquidos. En 2010 realizó una mejora de sus instalaciones y una actualización de su autorización, y adquirió un nuevo evaporador que permitió a la empresa llegar a una posición importante en el mercado de esta tipología de residuos.
A partir del año 2014, la digitalización de la imagen provocó una reducción del residuo fotográfico, a pesar de lo cual aún se trataban unas 75 toneladas de radiografías al mes en las instalaciones de la firma en Sant Andreu de la Barca (Barcelona). Pero esto le obligó a hacer una ampliación de códigos CER para diversificar y poder tratar residuos de otros sectores, como la industria gráfica, química, farmacéutica, metalúrgica, talleres mecánicos, logísticas, etc.
El fundador y gerente de la compañía, José Barreto, siempre ha sido consciente de la necesidad de recuperar los metales preciosos, centrándose en las pequeñas cantidades contenidas en los RAEE y otros dispositivos del campo médico, de las telecomunicaciones, automoción etc. Por poner un ejemplo, en algunos móviles, hasta un 30% de la su composición son metales que se pueden recuperar; de este 30% la mitad es cobre y la otra mitad está repartida entre hierro, aluminio, oro, plata y otros metales.
Esta inquietud vino reforzada por las consultas de clientes y proveedores, que, conociendo su experiencia en este campo, le preguntaban sobre la posibilidad de recuperar estos metales preciosos de sus residuos.
Actualmente, esta demanda del mercado identificada por TRF no tiene una solución óptima y rentable en la Península Ibérica. Estos procesos de recuperación se hacen principalmente en otros países como Bélgica, Alemania y Suecia en grandes cantidades y, por lo tanto, es un servicio destinado a empresas grandes con importantes flujos de generación de estos residuos.
Este nuevo proyecto para implantar un sistema de recuperación de metales preciosos procedentes de RAEE peligrosos en pequeñas cantidades, lo está llevando a cabo gracias a una subvención otorgada por la Agència de Residus de Catalunya (ARC) en el marco de la convocatoria destinada a la “ejecución de proyectos en el ámbito de los residuos que conlleven una mejora en los procesos de prevención, de preparación para la reutilización, de reciclaje o de incorporación de materiales reciclados y proyectos de investigación y desarrollo experimental aplicados en plantas de tratamiento de residuos de terceros”.
La cantidad de RAEE aumenta constantemente y es uno de los flujos de residuos que más rápido crecen en Europa y en el mundo. Los RAEE contienen componentes valiosos, escasos y estratégicos que interesa conservar y reintegrar a la cadena de fabricación.
En este contexto, la hidrometalurgia permite la recuperación de estos metales preciosos por lixiviación ácida de material sólido.
El proyecto piloto de TRF incluye el diseño, instalación y optimización de una línea de recuperación de metales preciosos (plata, oro, platino, paladio, estaño, etc.) mediante baños de piezas. Esta primera fase ya está operativa, y ahora se está trabajando en la optimización tanto técnica como económica, para poder escalarla y darle una solución de tratamiento local e identificado del RAEE que, a menudo, se sale de los canales legales, siendo exportados a terceros países y/o gestionados por recolectores informales.
Esta demostración de la posibilidad de recuperación y aprovechamiento local de los metales preciosos permite la creación de una nueva vía de reciclaje que ayudará a la reducción de la cantidad de residuos peligrosos, mejorar la capacidad de retener materiales dentro de el circulo productivo y, en consecuencia, reducir la dependencia de la extracción y/o importación de materiales.