La instalación estará ubicada en Offaly (Irlanda) y tendrá capacidad para procesar 75.000 toneladas al año de residuos para su conversión en energía eléctrica.
La sociedad C6 WtE Ireland1 Holdings (participada por las estadunidenses Gen2Power, Green Waste Energy y la irlandesa Glanpower) ha confiado en la compañía asturiana TSK para el diseño, suministro y puesta en marcha de una planta de pirólisis de residuos en Irlanda por valor de 65 millones de euros.
Ubicada en el condado de Offaly, esta nueva planta procesará 75.000 toneladas de residuos al año suministradas por el gestor semiestatal irlandés Bord na Móna.
Esta planta de pirólisis es la mayor que se diseña en el mundo a escala industrial, lo que supone un nuevo hito dentro marco europeo de desarrollo y transición energética hacia un modelo de economía circular, evitando la disposición a vertedero del residuo procesado y posibilitando la generación de energía eléctrica a partir del mismo.
El proyecto integra tecnología de proceso de conversión a alta temperatura y en ausencia de oxígeno, transformando el residuo en un gas sintético apto para su uso en motores de combustión interna. Esta tecnología, claramente diferenciada de la incineración, permite el aprovechamiento de los residuos como materia prima para la generación eléctrica.
La planta incluye un sistema de limpieza de gases mediante el cual se eliminan los aceites, los alquitranes y las dioxinas. Una pequeña fracción del gas limpio se utilizará para mantener el proceso estable y el grueso de la producción de gas se destinará a la generación de electricidad.
Con 10 MW de capacidad instalada, la energía generada en la planta será inyectada en la red eléctrica irlandesa, y remunerada en base al acuerdo de compraventa de energía a largo plazo firmado con Naturgy Ireland.
Este proyecto, pionero en su sector, supondrá una solución sostenible para la gestión y valorización de residuos sólidos en Irlanda, abriendo camino a la tecnología de pirolización como respuesta a la saturación que registran los vertederos de la isla.
Se espera que el proyecto cuente con una segunda fase, en la que se aumentará la capacidad de procesado de la planta y se incluirán líneas de separación previa de residuos que permitan su valorización.
Con un plazo de ejecución de 20 meses, la planta de pirolisis estará funcionando a pleno rendimiento en el año 2023. Con este proyecto, TSK se enmarca como actor principal dentro del objetivo europeo para la transición energética y la descarbonización y demuestra su apuesta por las nuevas tecnologías en desarrollo, propiciando el avance tecnológico que tanto el sector de la gestión de residuos como la sociedad y los objetivos de desarrollo sostenible demandan.