Un informe asegura que alcanzar el objetivo de reciclaje de plásticos posconsumo pasa por mejorar las infraestructuras de toda la cadena de valor, un marco legislativo claro y el compromiso de las marcas envasadoras para reducir el uso de materiales vírgenes.
La Fundación Minderoo y la consultora KPMG han publicado conjuntamente un nuevo informe que permite albergar la esperanza de que la Unión Europea pueda cumplir el ambicioso objetivo de reciclar el 55% de los envases de plástico para 2030. Sin embargo, para lograrlo será necesaria una inversión de 20.000 millones de euros en toda la cadena de valor de la transformación de los residuos en materiales, incluidas las infraestructuras para la clasificación de residuos mixtos, la clasificación de alta calidad, el reciclaje mecánico avanzado y el reciclaje químico.
A pesar de su ambición de liderar la transición a una economía más circular, la UE actualmente solo recicla el 11% de los plásticos posconsumo, destaca el informe. Y el reciclaje de plásticos «de producto a producto» se limita al 2-3%. Los esfuerzos actuales de la industria para desarrollar una economía circular de los plásticos son lamentablemente insuficientes debido, principalmente, a los retos estructurales que existen desde hace tiempo en toda la cadena de valor.
Entre los principales problemas identificados están los siguientes:
- Sólo la mitad de los residuos de plástico posconsumo se recogen para su reciclaje.
- Dos tercios de los residuos de plástico recogidos y clasificados no se reciclan en Europa, sino que se incineran, se depositan en vertederos o se exportan.
- El plástico que se recicla en la Unión Europea suele ser de calidad y cantidad limitada.
El informe recomienda que se establezcan sistemas que permitan la recogida, separación y reciclaje de los distintos tipos de plástico a escala para alcanzar los objetivos de la UE. El aumento de capacidad resultante sería suficiente para producir una cantidad más significativa de plástico reciclado de alta calidad, pero sólo si se produce una mejora del sistema de principio a fin.
Los autores del trabajo calculan que esto requerirá 20.000 millones de euros de financiación adicional. Mark Barnaba, presidente de Sea The Future (impulsada por la Fundación Minderoo), afirma que «es necesario construir infraestructuras más inteligentes, realizar inversiones e introducir políticas que establezcan las condiciones para que toda la cadena de valor actúe».
«Cambiar la forma en que producimos y utilizamos los plásticos y gestionamos los materiales plásticos después de su uso debe ser el centro de los esfuerzos ahora mismo. Necesitamos urgentemente reducir la dependencia del plástico virgen y reimaginar los «residuos» de plástico como un producto valioso», añade.
Richard Threlfall, director global de KPMG Impact, pide a la industria que esté a la altura del reto: «Aunque las soluciones incrementales a través de la innovación son bienvenidas, el ritmo de cambio que se requiere requiere intervenciones audaces para adaptar rápidamente cadenas de valor enteras. Pedimos a las empresas que colaboren con los responsables políticos para establecer marcos legislativos claros que estimulen el cambio de comportamiento de productores y consumidores».
Una recomendación clara de este informe es que las políticas nacionales y de la UE deben igualar las condiciones para la clasificación de residuos mixtos y que los sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) deben compensar por defecto la clasificación de residuos mixtos para plásticos, como muestran los ejemplos de Dinamarca y los Países Bajos.
La reducción de la dependencia del plástico virgen hará que, al menos a corto plazo, los compradores paguen una prima por el plástico reciclado. Pero al comprometerse a pagar una prima por la poliolefina reciclada a corto y medio plazo, los compradores de plástico invierten en nueva capacidad de reciclaje y, por tanto, ayudan a reducir el desequilibrio de la oferta y a bajar los precios a largo plazo.
En cualquier caso, el informe sostiene que sólo una combinación de inversiones, cambios en el marco legislativo y compromisos de las empresas envasadoras garantizará el cumplimiento de estos objetivos de la Unión Europea.